"(...) La cosa iba de verdades, un bien escandaloso en campaña, y Touriño no iba a ser menos. El candidato nunca fue tan pontevedrés como ayer: Teucro a su lado parecía un vecino de Poio. Donde Quintana hace una semana citó a Castelao él citó a Rilke. Y alabando a su ciudad de los juegos infantiles, ensombreció la mirada y apuntó con el dedo al horizonte, que mismo parecía estar apuntando a Miami, y dijo en touriñés: «Hai quen di que Pontevedra é unha cidade de dereitas, e hai que dicirlles que é unha gran verdá». Tardó unas décimas en rectificar, pero qué décimas. El tiempo se expandió de tal forma que se empezó a corear a Hawkings. Luego repitió la frase ya en su redondez, acicalando la expresión, y dejó pasar unos segundos para quitarse la americana, pues estaba sofocado, y fue peor: hubo ovación Full Monty.
Se expuso entonces Touriño a algo siniestro: los ‘camachos’, que es como se conoce en el Reino Unido al cerquillo de sudor, tan humano, que le sale a uno en el sobaco. «Peligro en La Condomina», se decían los asesores por el pinganillo. Pero Touriño ya estaba a otra cosa. Se puso el traje de O Presidente, que es mucho traje de Dios, y avisó a la fraguiana manera: «Que ninguén quede na casa». Recordó su barrio, y alguien de allí lo saludó y Touriño, que andaba metido en el discurso, le contestó muy personalmente: «¡Gracias A Eiriña!». La fiesta fue plena y el público lanzó fervorosos «Touriño presidente» que hizo del escenario una caldera. Todo muy pontevedrés, además, porque el candidato lo quiso así: «Esto non é a finca de fin de semana de Rajoy. Aquí non basta con vir aos touros e ao Liceo a fumar un puro» (...)".
La otra mirada del mitin del PSOE en Pontevedra, aquí entera
Se expuso entonces Touriño a algo siniestro: los ‘camachos’, que es como se conoce en el Reino Unido al cerquillo de sudor, tan humano, que le sale a uno en el sobaco. «Peligro en La Condomina», se decían los asesores por el pinganillo. Pero Touriño ya estaba a otra cosa. Se puso el traje de O Presidente, que es mucho traje de Dios, y avisó a la fraguiana manera: «Que ninguén quede na casa». Recordó su barrio, y alguien de allí lo saludó y Touriño, que andaba metido en el discurso, le contestó muy personalmente: «¡Gracias A Eiriña!». La fiesta fue plena y el público lanzó fervorosos «Touriño presidente» que hizo del escenario una caldera. Todo muy pontevedrés, además, porque el candidato lo quiso así: «Esto non é a finca de fin de semana de Rajoy. Aquí non basta con vir aos touros e ao Liceo a fumar un puro» (...)".
La otra mirada del mitin del PSOE en Pontevedra, aquí entera
2 comentarios:
Non e Paxaro nen Avion,e un Roplano do Aparato .
SEito
No hace falta acudir a un mitín si Jabois está allí para describir su ambiente :)
Siempre me pareció que en ese tipo de actos multitudinarios cualquier cosa era posible porque la masa es peligrosa y los que están en el escenario se van creciendo y pueden llegar a soltar cualquier boutade de la que después es difícil arrepentirse porque la explicación es imposible.
A ver si mañana te cuento mis últimas elecciones que las viví en el hotel en el que el PP esperaba conseguir una nueva legislatura con Fraga al frente.
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