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viernes, diciembre 12

Está escrito que alguien llegará un día hasta tu frente y te llamará fascista

Episodios de la vida de un hombre. El País, 21-12-1999

Empezaba a hablar la otra tarde sobre nacionalismo y periodismo, en un aula de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona, cuando alguien gritó «¡Fascista!» y acto seguido corearon esa voz unos quince. Con discreción miré a un lado y otro de la mesa, pero en la mesa todos mis compañeros me miraban. Como seguían los gritos y aún dudaba de que fuera a mí a quien estaban llamando fascista, tuve la postrera tentación de ir hacia el grupo de muchachos y adherirme para gritar todos juntos contra el cabrón fascista. Pero no podía ser, de ninguna manera, porque el cabrón, ya lo sabía, era yo. Realmente todo era muy, muy confuso. Hacían explotar algunas bombas fétidas -yo las fabricaba de niño con el Cheminova- y luego gritaban «¡Vuestra democracia hiede!» (traducido libremente del catalán), sin atender a la evidencia de que no olía así antes de que ellos entraran. En esa danza estuvieron unos minutos y luego se largaron escupiendo, y yo aproveché para hablar sobre el tema previsto.

Por la noche dormí mal. No creo que fuera por ellos, sino más bien por las copas de un gran Hermitage que mi mujer y yo bebimos para cambiar de trago. Puesto en el insomnio y para hacer algo, y dado que tenía las uñas muy crecidas, me fui rascando el brazo con ritmo cada vez más vivo. Estaba tumbado en la cama, con la oreja pegada al brazo y las uñas arriba y abajo. Las uñas acabaron siendo las botas y mi brazo los adoquines, y lo que escuchaba, un siniestro rac-rac, era el ruido de un batallón fascista desfilando. La noche es el reino de muy tétricas ilusiones, pero si yo era capaz de marchar sobre Roma con mis uñas y mi brazo, algo de razón debían de tener los muchachos.

Pensé en mi vida. La primera vez que le grité fascista a alguien fue a don Florencio Caballero Valladares, se deduce que más que hombre, medieval fortaleza. Nos tuvo seis años formando en el patio del instituto -sin otra dispensa que la lluvia- mientras subía al mástil la bandera roja y gualda, sonaba la Marcha Real y se rezaba la oración de la mañana, a san Fernando, patrón de la juventud española. Todo eso pasó durante seis años y nos pasó por cobardes, pero la lección la aprendí luego y no va con esto. La última vez, coreada, fue en febrero de 1981. Aquella noche llovía y hacía viento y frío, y éramos muy pocos en las calles de Barcelona los que le gritábamos fascista al guardia civil Tejero. El Departamento de Estado norteamericano y el nacionalismo catalán habían coincidido en considerar que el golpe era un asunto interno de los españoles.

Entre esa noche despoblada y la otra tarde pasaron algunos años y mientras tanto aprendí a restringir el uso del apelativo fascista. Se trata de una de esas palabras demasiado grandes. El vulgo cree que las grandes palabras hacen gran daño, y se equivoca. Cuando las palabras no tienen la medida justa del concepto ocultan más que evidencian. Por eso es mucho mejor, para el entendimiento de las cosas, llamar nacionalistas o independentistas a los muchachos antes que radicales, extremistas o -justamente- fascistas: al fin y al cabo, de la bandera catalana que estaban ondeando al compás de sus insultos no prendía ningún fascio.

Pero, bueno, el asunto es que me lo habían llamado a mí. Tal vez no les faltaran razones. De las paredes, en el aula, habían colgado carteles con la siguiente sentencia: «El catalán es un dialecto del castellano. Arcadi Espada». Es verdad que cuando, en otro tiempo, alguien decía esa frase yo creía que estaba delante de un fascista. No podía negar, tampoco, que la frase era cierta: ritualmente la pronuncio ante mis alumnos de la Pompeu Fabra cuando quiero ilustrarlos acerca de la relación entre lengua y poder. Luego les añado: «... 0 el castellano es un dialecto del catalán. Depende de quien mande». Pero ni la frase cabía entera en el cartel, ni se puede ir por el mundo provocando. Sé que esto último es lo que ha querido decir el presidente Jordi Pujol, mirándonos la minifalda: «Es que van provocando... y luego pasa lo que pasa».

Todas esas razones presuntas empalidecen, sin embargo, ante la esencial razón cronológica: está escrito que alguien, en cualquier circunstancia, llegará un día hasta tu frente y te llamará fascista. Te lo llamarán en la oficina, en el aula, o en la cama. Tú quizá estés, como yo, en torno a los cuarenta años, y cuando lo oigas también buscarás al cabrón con la mirada, sin hallarlo. Entonces te sentirás un Villar Palasí o un GarcíaValdecasas. Al reponerte, copiarás estos versos:

Fue un verano feliz.
El último verano de nuestra juventud.

Ahora bien, voy a darte un consejo, ya por viejo: procura siempre que los que te llamen fascista sean un grupo de niñatos subvencionados, que no se pagan la bandera ni las bombas fétidas; unos niñatos eximidos por la autoridad máxima del gobierno: sus lactantes; procura que quien te lo llame sea el poder, aun en su versión de falange y muchachada; fascista serás, pero en la intemperie.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

A min xa mo chamaron, e quédame bastante pra chegar aos 40... :( que mal camiño levo.

conde-duque dijo...

Aquí se sale don Espada
"Puesto en el insomnio y para hacer algo, y dado que tenía las uñas muy crecidas, me fui rascando el brazo con ritmo cada vez más vivo. Estaba tumbado en la cama, con la oreja pegada al brazo y las uñas arriba y abajo. Las uñas acabaron siendo las botas y mi brazo los adoquines, y lo que escuchaba, un siniestro rac-rac, era el ruido de un batallón fascista desfilando. La noche es el reino de muy tétricas ilusiones, pero si yo era capaz de marchar sobre Roma con mis uñas y mi brazo, algo de razón debían de tener los muchachos".
Qué bueno...

Portarosa dijo...

Pues por una vez no puedo sino darle toda la razón a Espada.

Un saludo.

Anónimo dijo...

pues nada, chicos, a casa a beber vino caro

M. dijo...

Hoxe, Cesare, non es ninguén se non te chaman fascista. Teño a fortuna de ser fascista dende os 23, pero eu sempre fun unha promesa moi mediática. Pásame por guapo.

Porto, primero te voy a llevar a la reconciliación con Arcadi Espada y luego, en plena orgía, te haré madridista. Bien mirado, no hace falta nada más para que también a ti, inteligente mortal, venga un día alguien a decirte fascista. :)

Otro ilustre insomne, Conde, el periodista Espada (y Cesare, como ves). Podemos dedicar el tiempo a pensar en el crimen perfecto. Yo llevo dos semanas haciéndolo y te aseguro que es un ejercicio intelectual de primer orden. Espero que no pase de ahí, pero si pasa te aseguro que no habrá forma de saberlo. Por cierto, ¿sabes de Ellery Queen? Es un poco como Enid Blyton pero en negro: la vie en noir.

Desconozco lo que entiende, Anónimo, por vino caro, pero puedo asegurarle que el Hermitage no lo es. No lo es en absoluto. Acabo de echar un vistazo y por sólo 800 euros tiene ya una caja de madera con seis botellas. Yo no sé a usted, pero a mí ese dinero me da la risa. Le diré más: me la ha dado toda la vida.

Anónimo dijo...

Con lo de "fascista" pasa lo mismo que con lo de "pijo", siempre lo son los demás nunca nosotros. El problema se soluciona echando un vistazo a la definición en el diccionario. Y no, no pienso ponerla aquí, el que quiera que la lea. Particularmente creo que Espada no es un fascista, entre otras cosas porque tiene la capacidad de reirse de sí mismo. Los fascsistas suelen tomarse todo lo suyo muy a pecho y muy en serio, igual que los niños o las personas infantilizadas carecen de capacidad de autocrítica. Lo que si me parece el hombre es algo burgués. ¿800 euros no le parece caro?, ¿le da la risa? Conozco mucha gente que tiene menos de esa cantidad como sueldo del mes, no como los mileuristas. ¡Esos privilegiados!

Anónimo dijo...

jajaja, ya no hay pudor!.
Media España rascándose el bolsillo y (...)
En fin, seguiré el ejemplo y esta noche escupiré a los chavales del botellón por cutres, q son unos cutres.
Aunque posiblemente si hago esto, alguno de ellos dirá q le da la risa 800 euracos y el vino q mezclan con la coca-cola es Hermitage.
Y yo tb me lo tendré q creer!

M. dijo...

Arcadi Espada siempre ha tenido cierta querencia por la propagación de esos detalles de cara dolce far niente. Quizás sea otra manera, sutilísima, de reírse de sí mismo. A mí me ha parecido siempre una lección su manera de entender el periodismo, que es por lo que me acerqué a su blog en 2004y a sus libros después. Respecto a sus ideas, no le voy a relatar ahora mis discrepancias profundas ni tampoco mis muchas adhesiones, pero reconocer con magnanimidad que no es un fascista por el hecho de que sabe reírse de sí mismo es una cosa muy folclórica. Salvo que también usted, en esa reflexión tan generosa con Espada, se esté riendo de sí mismo. Que es lo que yo hacía, por otro lado, con los 800 euros de ese vino. Porque yo soy de los que tiene que acercarse mucho a las copas para distinguir un blanco de un tinto.

M. dijo...

De los dos últimos anónimos, mi comentario iba dirigido en respuesta al inteligente.

Anónimo dijo...

Señor M. Tengo mujer, dos niños, mi empresa nos ha echado por la crisis y en casa ya no entra dinero. ¿Podría ingresarme esos 800 euros en mi número de cuenta antes de que em la cancelen por falta de crédito? Ya que a usted le dan risa, supongo que no le importará que yo los utilice.

M. dijo...

A veces pienso si tengo los lectores que merezco.

Anónimo dijo...

“De los dos últimos anónimos, mi comentario iba dirigido en respuesta al inteligente”

Que tontería, su vanidad mal alimentada le hace recular de un comentario suyo bastante fanfarrón y desafortunado, y se le ocurre arreglarlo dando un giro sutil y decir que se estaba riendo de si mismo.

Reconozca su fanfarronada y déjese de inventar q lo del vino fue parte de su ingenio creativo y sutil…PORQUE ES MENTIRA

No filtre usted a sus lectores por inteligentes o menos inteligentes porque entonces los lectores haremos lo mismo con los autores, y ya sabe, los hay de todas clases, los inteligentes, los extravagantes, los románticos y los bufones, estos últimos tienen especial morbo a los lectores inteligentes, ya q sorprenden constantemente

M. dijo...

Lo decía en serio, tiene razón. Me tiene deslumbrado. A mí una caja de seis botellas de vino por 800 euros me da la risa. Es un comentario hecho casi desde el corazón. De hecho, cada vez que se lo escucho a alguien asiento muy categóricamente. No aprecio ironía ninguna. Es la vida, la naturaleza misma de las cosas, el 'abc' del consumo: una botella de vino por 135 euros. En casa, si ganó el Madrid la noche anterior, descorchamos muchas para acompañar los percebes.

Anónimo dijo...

Lo dicho, y como tb soy del R.Madrid salude, de mi parte, a sus compañeros de botellón cada vez q gane el equipo.

Ha sido entretenido para mi, y reconozca q para usted, "un toca pelotas en mi bog" imaginó será lo mas amable q habrá pensado al ver mis sinceros comentarios, pero ya aburre el tema, imagino q en esto coincidiremos, por lo q me despido atentamente.

M. dijo...

Si es usted del Madrid quédese al menos hasta mañana por la noche, hombre, que en estos momentos tenemos que estar muy unidos.

SPQR dijo...

Como soy del Barça, mañana me toca a mí tocar los c…

Portarosa dijo...

Pues sí que ha sido entretenido. La verdad es que, dentro de los tocapelotas, éste no estaba mal.

Un abrazo.

Portarosa dijo...

Y ahora se debe de estar jugando el partido... No sé si conseguir su número de móvil y llamarlo y tenerlo media hora al teléfono.

Suerte.

M. dijo...

Jajaja!, mucho me temo que me harías un gran favor, amigo Portorosa.