En sensacional despliegue, el PSdeG ha sembrado Galicia de vallas publicitarias por las que asoma un Touriño en perfil, mirando el horizonte bajo una luz sombría. Nada más, sólo un aviso: O Presidente. Hay niños en la calle que señalan el cartel y preguntan cuándo se estrena. En Galicia estamos preparados ya para cosas así. Cada cuatro años el PP exhibía una foto de Fraga aún más joven que en la anterior, hasta que todo se frenó en seco cuando aquel rostro se dirigía, imparable, al del ministro que fue. Fraga era un antepasado de sí mismo y Touriño promete subirse al Air Force One para salvar a un mundo acosado. Los expertos lo muestran en expresión de sutil éxtasis y con la faz iluminada para fortalecer, dicen, su posición de capitán, pero se prefirió llamarlo O Presidente a Querido Líder, que es un poco más lo que los gallegos andamos buscando. Dijo una vez alguien que este país no quiere un gobernante sino alguien que le castigue, y si uno se fija hay un deje severo en ese gesto de Touriño con los labios apretados, como pensando en dar unos azotes para que el electorado entre en calor. “Votadme no vaya a ser el cuento”, podría soltar en los mítines, pero Touriño no es Fraga y el rural desconfía de quien no le grita. Oh, Presidente!
lunes, enero 19
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