La sensación que deja la marcha en Pontevedra por un hospital mejor es de una franca decepción provocada por dos errores de bulto que unos organizadores de enjundia jamás cometerían. Miren: ahora mismo en España es muy difícil encontrar manifestaciones por debajo de los dos millones de personas. La que más y la que menos se mueve entre el millón y medio y los dos millones y medio. Son cifras respetables, pero habrá nuevos récords, por eso no se preocupen. Lo que ocurre es que las cifras no llegan solas: hay que trabajarlas. Resulta un poco triste poner a trabajar a la Policía y a la organización, que están muy verdes. Esos temas se canalizan desde hace unos años a través de la Comunidad de Madrid y de la Cadena Cope. Es algo muy sencillo: se les comunica por la tremenda que en Pontevedra el PSOE está destruyendo la sanidad: nos está dejando morir. Y ellos envían desde Madrid un helicóptero, varios agentes de la policía local, un millón de banderitas rojigualdas y un par de redactores de la emisora episcopal ya curtidos en estas convocatorias. Al día siguiente tienen ustedes este rico titular en prensa y radio amiga: “Dos millones de pontevedreses salen a la calle para protestar por la política sanitaria de zETAp”. Que ésa es otra: en el último congreso mundial sobre manifestaciones ‘Manifa 2007’ ha quedado patente que la tendencia es la protesta-ficción. Ayer mismo salieron varios millones a la calle para denunciar la anexión de Navarra al País Vasco. Los organizadores de la marcha pontevedresa perdieron una oportunidad histórica de salir a la calle para protestar por la inminente invasión de Suiza o el regreso de Moby Dick, pongo por caso. No hubo cintura, y el eco fue escaso. A ver si la próxima.
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1 comentario:
Tes máis razón que un santo.
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