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martes, agosto 14

David Cal

David Cal fue invitado esta primavera a Fitur por el pabellón de Turismo Rías Baixas. Cal sufre esos peajes que hay que pagar por practicar un deporte tan exigente como desconocido: dejarse manosear por los políticos, sonreír sin muchas ganas y atender a la prensa para proyectar una imagen que atraiga a un patrocinador. En aquella ocasión, cuando las grabadoras se dirigieron hacia él, un pobre diablo que no había visto en mi vida se dio la vuelta hacia mí con una sonrisa y me dijo algo así como que “éste no tiene ni puta idea”. Ni siquiera fue pionero: ya en Marca hace tres años hubo un genio que se refirió a Cal como “Forrest Gump”. El debate es muy viejo: se le exige al deportista que tenga soltura delante del micrófono y regale titulares a tanto el kilo. En 2004 dio igual que la fama le estallara a David Cal en las manos. Se le pedía estar preparado para dar el pego y exhibir una locuacidad argentina: ocho horas en la piragua y tres, por si acaso, ensayando ruedas de prensa. Como a Cal aquello le pilló con el pie cambiado, se confundió rápidamente timidez o aturdimiento con torpeza o, incluso, cierto retraso. Es la clásica presunción idiota de unos pocos periodistas que no entienden que hablar con los medios no es una asignatura obligatoria de la vida. Quien haya conversado con David Cal sin la presión de un micrófono sabrá que es una persona perfectamente normal (o sea, perfectamente divertida) con una cualidad extraordinaria: ser un deportista de élite. Como han pasado ya tres años de su doble medalla olímpico, le ha salido callo y asume su popularidad sin rubores y sordas estridencias. La experiencia le ha desentumecido el músculo mediático, pero no abusa, porque sabe cuál es su sitio: en la piragua, David Cal es de oro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay periodismo, hay "Medios", organizados casi siempre desde poderes y con profesionales que buscan ya mayoritariamente el "impacto súbito". Los tiempos del sentido, trabajosamente buscado, terminaron: Vive l'espectacle! (¿se escribirá así?)

Pero no disparo contra tu profesión de un modo especial, va pasando en todas (la pérdida de sentido en lo que se hace).

¿Estoy dando la patética imagen del que se acerca a viejo y se queja del cambio de los tiempos? ¿O como dice el protagonista del primer El Crack (lo mejor de Garci, para mí), "ando mucho, miro mucho y lo que veo no me gusta nada"?

Simplemente quería decirte que me ha gustado mucho esta entrada de defensa de ese deportista. Y ojalá bastantes escritores no fueran dando sus opiniones sobre todo lo divino y lo humano, aunque les pregunten por ellas.

NáN

Dinintel dijo...

Para mi, pasa tres cuartos de lo mismo con Alonso.

busto.agolada dijo...

Coma sempre,dás no centro da diana. A ollada certeira sobre a actualidade. Soberbio David Cal anque sexa menos mediático do que os circenses quixesen.
Un saúdo afectuoso.

Anónimo dijo...

El David Cal no ha superado todavía las entrevistas de la Escario de las pasadas Olimpiadas. No me extraña que se quedase sin palabras...

Serafín Alonso

M. dijo...

Puedes disparar contra mi profesión, NáN. Nunca me he distinguido por ser un gran defensor de ella. Puedo contar con los dedos de la mano los profesionales que valoro como profesionales (como personas valoro a muchos más). Gracias y un saludo.

Dinintel, yo creo que Alonso se maneja muy bien con los medios. Quiero decir: el chaval tiene soltura. Pero en un deporte tan aburrido como la F-1 tienes que vender salsa. Alonso la da: todos ahí dentro la dan. Y cuando no la dan, los propios medios la vuelcan sobre cualquier titular inane para alimentar un poco la flaquita actualidad.

Manuel, moitas grazas. Empezamos a estar de volta. Paseniño, pero con gañas (e interese). Saúdos.

Fin, ¿Escario se casó con De la Vega? Eso, eso y no otra cosa, es lo que nos interesa. El resto es perjurio.