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lunes, junio 16

Nosotras, las miembras

Lo que está ocurriendo con la ministra Bibiana Aído y las fiestas que se están corriendo los señoritos con ella tiene más que ver con la juventud que con la tontería, y eso que presume públicamente de ambas. No se le perdona la edad, más que nada porque también a Antonio Burgos le hubiera gustado ser ministro, y se hace tarde. Y se le disculpa la tontería aludiendo a cierta ingenuidad braguera. Cuando esta semana dijo “miembra” no lo hizo inocentemente: sonrió. La revolución empieza por las palabras, que son las que le dan nombre a las cosas, o solían. Que Bibiana (¿por qué, por qué Bibiana, y no Aído?: porque soy hombre, o en eso ando, y hay días en los que me gustan las mujeres, y no las puedo llamar por su apellido) ponga a la Academia a andar es una ligereza, pero es que su Ministerio también anda un poco en lo mismo. Vascos y vascas, que dijo Ibarretxe en algún momento de la rocosa Historia. He visto con estos ojos a intelectuales metidos en política diciendo “galegos e galegas”, y a alguno musitar eso de un “fistro duodenal, pecador de la pradera” en la intimidad, sabedores del respaldo de los académicos. El “miembras” de Bibiana ha pretendido ser el inicio de una seria revolución lingüística, y lo está siendo aun cuando debería ser el final de un ciclo: el estertor de la generación de la EGB y su tumultuoso legado: nosotras, las miembras. Tú, Jane.

5 comentarios:

Reina de Palandria dijo...

A min gustoume o de miembras, e tes razón, a revolución ten moito que ver coa linguaxe.

Gracias Jabois por contar tan ben o que sucede no noso entorno, e por andar niso de ser home, tamén.

Anónimo dijo...

A veces parece absurdo quedarnos en las palabras.Acuérdense de las vueltas que le dieron( y siguen dando) al nombre matrimonio ciertas personas. Esas mismas se sonríen
ahora de medio lado al oír "miembras".
¿Tienen importancia la designación de las cosas o no? En que quedamos. A las mujeres no nos gusta que nos digan que somas jefe de algo o que somos ingenieros. Si existe el femenino ¿por qué no hacer un uso apropiado del lenguaje? ¿Como reaccionaria un hombre si decimos que es cajera por ser este un puesto tradicionalmente femenino? El neutro también hay que usarlo, que para algo está.
Vale que hay palabras que no existen pero a veces hay que inventarlas para nombrar con propiedad una realidad ya inventada y que sí existe.

Un saludo.
E.

PD: M yo también debo agradecerle que ande en eso de ser hombre.

yaya dijo...

Pues a mi me encantan las palabras neutras. Me encanta que haya palabras que me definan sin tener que hacer referencia a las atributas que tengo entre las piernas. A mi me gusta ser miembro de la humanidad. Me encanta. Y si la ministra necesita ser miembra, estupendo o estupenda. Es su guerra, yo paso olimpicamente, que mi orgullo te está para otras cositas.

Anónimo dijo...

A ministra é imbécil-a. A dignidade da muller non se reclama solicitándolle á RAE que recolla no seu dicionario un lapsus linguae.

Anónimo dijo...

"Todo extremismo destruye lo que afirma."
María Zambrano
E.