En lugar de importar el yogur, España importó de Grecia una reina. No vino Demis Roussos, que era un poco lo que esperaba el pueblo, pero se hizo querer porque al menos callaba. El país ya había tenido a una inglesa y a una austríaca, y la monarquía entendió que le faltaba un punto socrático. Ahora la Reina cumple 70 años, una edad absolutamente escandalosa, y se ha puesto de moda de repente. Antaño el servicio hacía fiesta en las cuadras y corría al patio cuando la marquesa salía a la balconada a tirar el pelón, pero hoy la Corona guarda los duros, que no está la cosa para excesos, y los fastos corren por cuenta del periodismo, que adoctrina al pueblo con libros. En uno de ellos la Reina vino a decir que reinonas, las justas, y la autora de la entrevista ha tenido que ir corriendo a explicarse a La Noria , que es La Clave de Balbín pero en zuecos. La monarquía está perdiendo encanto a chorros: antes estas cosas se arreglaban bajando a las mazmorras. Con el jaleo, además, nadie atendió a la confesión más dolorosa de doña Sofía: fue ella la autora del polémico fotomontaje navideño de la Familia Real , aquella brillante metáfora. Muy mal andan las cosas en Palacio para tener que andar la Reina pegando las fotos con el Pritt. Que les suban la partida.
domingo, noviembre 2
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1 comentario:
Manoliño, neste artigo-opinión como digo eu, non se pode dicir máis -e de qué forma- en tan poucas líneas. Ata non che falta certa dose de retranca. Vamos que ata ten postre este artigo: un iogur griego (que non sei se son bifidus ou non, como os de Coronado, sí aquel que di que te renueva por dentro también...)
Un saúdo compañeiro e paisano
Carpe Diem
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