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viernes, marzo 16

Los melancólicos

En el último derby entre el Atlético y el Real Madrid los ultras de extrema derecha la emprendieron a golpes con los coches de los periodistas. Un tipo de La Sexta, la cadena que retransmitía el partido, se trajo a la cámara a dos colegas de Onda Cero, y uno de ellos empezó a relatar la agresión: “Estábamos en una de las puertas, y entonces vimos llegar a un grupo de melancólicos que comenzó a apedrear las lunas de nuestro coche”. Un momento después, en pleno apogeo del absurdo, La Sexta retransmitió los primeros minutos del derby madrileño... ¡en euskera! Agucé el oído, por si en verdad era el cultivado Andrés Montes recreándose ante las cámaras (o eso, o un último y desconocido delirio frenopático del locutor), pero aquello tenía toda la pinta de ser un error de conexión. Vi el partido abandonándome a esa imagen poderosa de un grupo de melancólicos, con la mirada perdida y esa grave sensación de pérdida que les asola, envueltos en tristes bufandas colchoneras.

Recordé hace unos días la anécdota en una de esas noches en la que se eterniza la primavera y el vino. Pontevedra estos días es un florecer, un despertar. Cae el sol a chorros, sin violencia, y palpita a pocos kilómetros el océano, expectante: un amigo me vino a recoger ayer para ir a la playa y estrenar la temporada. Pero antes me desperté con un histórico, Farruco, que dice en El Correo Gallego que “valientes hijos de puta” es “una coletilla con la que no se insulta a nadie”. No diré yo que la frase no se la trae, pero hay que ir más allá. Al parecer, la Banda de Música de Santiago se refugió de la lluvia en un bar en mitad de una procesión, y allí estaba Farruco, que les dijo eso de “valientes hijos de puta y asalariados del Ayuntamiento”. Ayer, en el periódico, Farruco aclaraba: “Me dirigí a los músicos como portavoz del pueblo para expresar un malestar”. Claro que sí: qué sería de nosotros sin nuestros portavoces.

Y al mediodía emerge Fernando Alonso. Por fin él. No negaré que es un objetivo predilecto: me cae divinamente mal. Pero desde hace un tiempo es Tele 5 la noticia y Fernando Alonso su canal de comunicación. Es decir: queremos que Tele 5 hable de Fernando Alonso para ver a Tele 5 en estado puro, despojada de la telebasura, sola y desnuda sobre su gran montaña de audiencia, batiéndose en el vacío. Hace unas semanas dio la cadena un anticipo de lo que será la nueva temporada de Fórmula 1: abrió el telediario con unas imágenes exclusivas que no eran otras que el nuevo corte de pelo de Alonso. Pero fue ayer cuando dejó el primer gran momento del año: su primer ochomil. Después de repasar sin ton ni son a Capello, en una sobria lección de objetividad, al presentador se le dibujó al fin una sonrisa: tocaba hablar de Fernando Alonso. Y éste es el vibrante arranque de la crónica: “Lo primero que ha hecho hoy Fernando Alonso al llegar al circuito ha sido saludar a nuestro compañero Antonio Lobato”, que se acerca alegremente a lo que será la noticia dentro de unos meses: “Lo primero que ha hecho hoy nuestro compañero Antonio Lobato al llegar al circuito ha sido saludar a Fernando Alonso”.

Entre las copas de la madrugada hay un momento en el que alguien hace ver el glorioso destino de ciertos apellidos en nuestra vida pública: Emilio Botín presidiendo el mayor banco de España y Manuel Cerdán dirigiendo la Interviú. Yo recuerdo el esplendoroso inicio del artículo de Juan Palomo en El Cultural de esta semana: “No me había reído tanto con una entrevista literaria desde que hace unos años Javier Sardá entrevistara a Isabel Pisano pensando que su libro de testimonios ‘Yo, puta’ era una autobiografía”. La vida puede ser maravillosa.

13 comentarios:

conde-duque dijo...

Yo tampoco soporto a Fernando Alonso y a su sombra calva con micrófono: el Soso y el Tonto de la Clase unidos por Tele5.
Son un coñazo, y sabes lo que decía Michi Panero.
Es verlos y bostezo.
Yo creo que los anuncios (miles) de Alonso son contraproducentes: cualquier producto te aburre soberanamente... No lo compras ni de coña.

Anónimo dijo...

Estimado Jabois, me pregunto si la vida de Inmaculada Echevarría vale menos politicamente que la de Ignacio de Juana. ¿No te parece que hay una cierta contradicción por parte de quien ha tomado las decisiones sobre sus "derechos" a vivir desde el Estado? Francamente, no entiendo nada. Estamos instalados, por un lado, en la cultura de la muerte y, por otro, en la cultura del acojono. ¿Usted cree que esta sociedad que nos ha tocado vivir, "pacifista", esclereótica y conformista, tiene futuro? Aquí, la cultura si no es oficial u oficializada, no es.

Hace unos días el Washington Post se limitaba a recordar, lacónico, que la política de «apaciguamiento» hacia ETA ha acentuado hondísimas divisiones nacionales. En Edimburgo, Scotland on Sunday insiste en que, tres años después del 11-M, la política antiterrorista de Rodríguez Zapatero y sus concesiones en materia autonómica tienen un coste grave: «Un país dividido como no lo había estado nunca desde la muerte de Franco».

Por su parte, Wall Street Journal (WSJ) publica un reportaje impresionista recogiendo opiniones que considera significativas, intentando evaluar el alcance último de las reservas populares contra el Gobierno.

El guerracivilismo aleja a España de Europa y la aproxima a los modelos tropicales inmortalizados por Tirano Banderas, aquel personaje de Valle, autor del que usted y yo tanto gustamos.

En México, Rafael Loret de Mola escribe en El Diario de Juárez: «J. L. Rodríguez Zapatero, obcecado en su búsqueda del diálogo político (aún cuando la otra parte no ha cesado de romper los hilos conductores y los llamamientos a la paz), ha convertido el horror y el miedo en escenarios preelectorales, con una estrategia que bien recuerda la barbarie política en México...».

En Buenos Aires, La Nación escribe: «Se agrava en España una tormenta política sin freno, desencadenada por el generoso beneficio penitenciario concedido a un sangriento cuadro de la banda terrorista ETA».

En Europa, en Hamburgo, Die Zeit publica un amargo análisis de Werner A. Perder que describe una España perseguida por temibles furias guerracivilistas, indisociables «de la fracasada estrategia de diálogo gubernamental para intentar poner fin al terrorismo etarra». Cuando Alemania se consolida como la gran potencia dominante en la nueva Europa, España es percibida por Werner A. Perder como un país víctima del desentierro político de «los fantasmas de su pasado», cabalgando a paso de carga por un paisaje sembrado de minas políticas incendiarias: «Una España muy dividida, en un ambiente explosivo».

No vale la pena seguir...Así nos ven nuestros colegas desde fuera.Como comprenderá frente a estas opiniones lo de Fernando Alonso y Tele 5 es una coña. Pero le diré respecto a esto que el negosi es el negosi,como dicen los catalanes. Detrás de ese sarao esté el señor Berlusconi, el cuñadísimo Agag, el grupo Vocento...y con un director general de programación, que es de su tierra, muy moldeable para los intereses económicos y políticos del signo que fueren, sin escrúpulos, sin preparación y que llegó a esto de la comunicación por la puerta de atrás. Si, además, con ello se consigue liderar el beneficio de las televisiones en 2006 y de paso se adormece al personal, mejor que mejor. A Orwell no le faltaba razón cuando escribió 1984.


Suyo, E.

Alba R. Santos dijo...

Tu descripción de Pontevedra estos días me mata de la envidia... con los chorros de sol y la Verdura a punto de empezar a palpitar, imagino. El abanico informativo de Erasmo es toda una clase magistral de interesantísimas visiones externas. Y no sé si habrá alguien a quien le caiga bien Alonso, que poco tiene que ver con el típico y majete asturiano; me encantan. Pasar por esta casa es siempre un placer... un lujo. Aunque, tiene que perdonar el Conde-duque mi atrevimiento, he descubierto que en su "casa" están los dabates con más chicha del mundo... "La buena nueva" del 12 de marzo no tiene na´de desperdicio... ¡¡me he reído tanto, tanto, tanto...!!

Mil besos.

Anónimo dijo...

Uno de mis libros de cabecera. La novela ejemplar, con todos sus ingredientes dispuestos de forma perfecta, aquí y allá. Orwell, desde luego. Me alegra compartir su entusiasmo por ella.

Yo ya no me atrevería a llamar a Agag cuñadísimo de Aznar. Quizás lo contrario. El tiempo los irá poniendo en su sitio, pero el chaval ya ha dejado de ser una promesa. Menos mal que le gusta la buena vida: si le gustara el mando en plaza, estaría en la Casa Blanca. Qué prodigio de muchacho.

Así que todo eso dice la prensa extranjera. Hay cosas con las que estoy de acuerdo. Pero esa “hondísima división” sería la misma gobernase el Gobierno Zapatero como gobernase. A cada ley, una campaña difamatoria, manipuladora, mentirosa y, finalmente, callejera. Desde el matrimonio gay hasta la escuela laica, pasando evidentemente por la negociación, la ruptura y la dieta urgente (y posterior bajada de pantalones del Gobierno) de De Juana.

Todo lo que ha hecho Zapatero ha sido, a juicio de la oposición, para desenterrar dolores y sangre. No estoy de acuerdo. Quien más está haciendo por enrarecer este ambiente nuestro es la derecha, francamente. No descargo al Gobierno de culpa, pero no me compare. Es un horror asomarse a los foros de la derecha en internet: una experiencia alucinante. Es entrar ahí y salir llorando, Erasmo. Usted me invita a leer la opinión que de nosotros tienen nuestros colegas extranjeros, y yo le invito a pasearse por los foros de Libertad Digital y demás satélites. Ambos parecen coincidir: “un ambiente explosivo”.

Haga otra prueba: salga un día a la calle a tomar un café. Un sábado sin manifestación, a ser posible. ¿Lo ve?: la España moderada. Los héroes de los que hablaba Manuel Vicent el domingo en El País. Aquí no se está rompiendo nada, ni se está abriendo la Tierra ni los vecinos se miran mal. Vaya a foros moderados, y encontrará a cientos de ciudadanos expresando sus ideas, discrepando y dialogando sin insultos, con sentido del humor incluso, como usted y yo hablamos aquí y ahora, o incluso en columnas anteriores.

Desdramaticemos, pues. Y que los corresponsales extranjeros salgan de vez en cuando del Congreso, y que respiren el aire fresco y se olviden de los duelos cainitas y obscenos que desde tiempos inmemoriales se traen la izquierda y la derecha de este país, cada una con sus particulares estiletes del rencor.

Hace poco hablaba de Arcadi Espada. No sé si leyó usted todo lo que él escribió acerca del tratamiento de la eutanasia en prensa. Yo lo suscribo con entusiasmo. A mí toda esa información que proporciona El País de una persona que decide morir me parece un poco asquerosita. No es agradable. Hay formas mejores de defender la eutanasia que publicitarla en las primeras páginas. Al fin y al cabo es la muerte, y esa forma de elogiarla, en fin... Un acto privado, en familia: adiós. Pero ese despliegue pornográfico de la muerte, qué quiere que le diga. Se me revuelven un poco las tripas.

Un afectuoso saludo, Erasmo,

Conde: y yo, curiosamente, con todo lo mal que me cae, quiero que gane nuestro pitufo azul (ahora gris, imagino). Un españolazo, eso es lo que soy.

Anónimo dijo...

Debería usted poner otra clase de foto, Wendy, si quiere que el Conde y yo prosigamos nuestro interesante debate.

(No me hagas caso: un bico, niña, y ya te llegará la hora de acercarte a la costa)

Alba R. Santos dijo...

La hora me llegará... no me cabe duda. Mientras la espero, ya ve; sigo sus consejos a rajatabla (ya eran horas). Y estreno imagen en tus apuntes en sucio.

Mil besos más.

Anónimo dijo...

Jejeje: veo ya a mis ávidos compañeros colapsando tu perfil en Blogger y ampliando imagen.

No colapsen, no colapsen.

Mil primaveiras.

Anónimo dijo...

Jejeje: veo ya a mis ávidos compañeros colapsando tu perfil en Blogger y ampliando imagen.

No colapsen, no colapsen.

Mil primaveiras / bicos, Wendy

Portarosa dijo...

¡¿Abriendo perfil y ampliando imagen?! ¡Noooooo, qué tontería pensar eso!

Anónimo dijo...

"Cuando el río suena..." La visión que tienen en el exterior de nosotros puede ser más imparcial de lo que usted imagina. Mi duda, sinceramente, es saber distinguir si es que nosotros estamos o no demasiado ofuscados para ver largo. De su comentario deduzco precisamente lo que exponía en el mío: maniqueismo. Claro que estoy de acuerdo en que el juicio cainita enfrenta a todos, de derechas y de izquierdas (aunque yo no comparto en los momentos actuales esta división dieciochesca), nacionalistas y no nacionalistas, y que eso se manifiesta en un montón de sitios. Eso era justamente lo que quería exponer. Pero le diré más, un historiador como Stanley Payne, conocedor profundo de nuestra historia contemporánea donde los haya, ha dicho respecto a este Gobierno que nos ha tocado en suerte que es el peor de la democracia. Y yo estoy de acuerdo. Solo hay que ver los resultados. Y el peor y más grave es que ha destapado la caja de Pandora y todos nuestros demonios han empezado a aflorar. Nunca hemos estado más divididos en los últimos 30 años respecto a nuestro modelo de convivencia. Aquí se ha abierto la caja de los truenos y ya veremos cuándo se va a cerrar. Me preocupan las secuelas. Yo culpo a este gobierno, y especialmente a su presidente, de no entender nuestra idiosincrasia, nuestra historia,nuestros males. Pero cómo va a entender si es que es un impúdico y un hueco. Como gobernante hace y deshace lo que quiere porque tiene el poder, pero eso no le infiere autoridad en la acepción clásica de la palabra "autoritas". El problema de nuestro presidente es él mismo. Está tan cargado de soberbia que se cree, y no es broma lo que le digo porque sé a quien se lo manifestó directamente, que está donde está para cambiar ¡nada menos¡ que el mundo.Da igual que diga una cosa un día para desdecirse al siguiente. Da igual que prometa algo para incumplirlo a la vuelta de la esquina. Qué más da, ¿verdad? Total, como todo vale, todo es relativo. Pues venga, sigamos con la relatividad, con el nihilismo, y la mentira como valores supremos. Lo mismo me da que me da lo mismo.

De mi tono no deduzca pesimismo estimado Jabois. Más bien lo contrario.Suele definirse al pesimista como un hombre en rebeldía. No lo es. En primer lugar, porque para estar en rebeldía es necesaria cierta alegría, y en segundo lugar porque el pesimismo apela al lado más débil de la gente, y el pesimista, por tanto, tiene una ocupación tan ruidosa como un tabernero. El que verdaderamente está en rebeldía es el optimista, quien en general vive y muere en un intento desesperado y suicida por persuadir a los demás de lo buenos que son.

Suyo, E.

Anónimo dijo...

He leido con atención algunos de los últimos comentarios expuestos en el blog de Portorosa. Interesante cabeza este Portorosa. Muy bueno el comentario sobre el funeral en esa aldea de la Galicia profunda.Le felicito sr. Portorosa.

Pues bien, como iba diciendo, he visto que escribe usted en el último (¡menudo éxito de entradas¡), sobre la intervención del presidente en el Senado, donde lanza un exabrupto contra el ínclito de Juana. Creo recordar que le llama "hijo puta". Le voy a dar una noticia en exclusiva para que si usted quiere se apunte un tanto en su periódico. Hace unos meses, se celebró en San Sebastián, en el cuartel de Loyola, un homenaje a militares asesinados por ETA. Entre los asistentes estaban la viuda del militar asesinado por la banda (que fue la que cuidó a la madre del terrorista hasta su muerte)y su nieta. Sabe usted, porque ya se lo he dicho, que esa nieta es, precisamente, la sobrina de de Juana, hija, por tanto, de su hermana, casada, aunque actualmente está separada, con el hijo del citado militar.

P.D: se acerca la fecha en la que usted y yo podremos echarnos un "brainstorming" a nuestros cuerpos serranos. Yo le encontraré. Y hablando de cuerpos, la verdad es que me he divertido un montón con sus comentarios sobre si son galgas (siglo XX), o podencos (siglo XXI). Ciertamente tiene usted un ingenio excepcional. Para que vea que no quiero eludir tan profunda duda hamletiana, categóricamente le respondo que "pan sin peixe..." O sea, me quedo con ambas dos. Acuda a los clásicos (¡otra vez la historia¡).Todo ello lo puede usted degustar en Rubens o, si prefiere, en Velázquez o, sino, en Goya. En esos maestros está la respuesta.

Suyo, E.

Portarosa dijo...

Muchas gracias, Erasmo.

Anónimo dijo...

No saben ustedes cuanto me alegra regresar de un fin de semana alejado de este maravilloso invento que es internet y encontrarme con tantas palabras.

Me alegra, Erasmo, que visite esos blogs tan interesantes que tengo al margen. El tiempo me impide visitar todos los que quisiera, así que he encontrado en esos pocos que subrayo en mi página el placer de la visita diaria, fiel. ¿Para qué? Para aprender y muchas veces deleitarme. Al fin y al cabo todo lo que hace uno es aprender, aprender y aprender hasta la lección final y soberana, que es la muerte. Durante algunas excursiones visito otros igual de interesantes, pero ya le digo que se necesitarían días de doscientas horas para poder abarcar sólo una cuarta parte de esta interesante red de información, de ahí mi autoimpuesta restricción. Con el tiempo (y con internet por fin en casa) seguro que acabo añadiendo más.

De Portorosa qué quiere que le diga: el placer de debatir con él es superior incluso a su lectura, que no es poco. Por eso le quieren / queremos tanto: de ahí su largo centenar de comentarios.

Espero esa cita: será mi ‘primera vez’. Le advierto: decepciono en persona. Escribo mejor de lo que hablo, aunque soy un chico muy resultón, así que ya verá cómo se acercan algunas buenas mozas (y algún que otro mozo) para preguntarle a usted si les puede presentar a su amigo. (No me tome demasiado en serio ni demasiado en broma).

Por cierto: Rubens. Con mesura, sin tanto despliegue, pero Rubens.

Saludos.