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jueves, octubre 9

Mexan por nós

O mesmo día en que o presentador Jesús Álvarez definía como unha mala xornada para os equipos españois a derrota do Atlético e o empate do Madrid contra Barcelona e Espanyol, xurdía en Cataluña a máis brava expresión de igualdade que se ten feito na Historia e unha das fronteiras que quedaban por derrubar para acabar co machismo: a mobilización das mulleres polo seu dereito a mexar na rúa. O lema impón: “Nosotras también vamos por la calle y podemos hacerlo”. Trátase dunha maneira, din, de contribuír á loita feminista centrada nas formas cotiás de sexismo. Quere dicirse que o feito de que un home pare na rúa a mexar é sexismo, xa que é algo que (ata onte) non se podía permitir unha muller. O que non saben moitas feministas é que cada vez aos homes nos gusta máis mexar sentados (na casa, preferentemente, e aínda máis: no váter). Ten máis que ver coa preguiza que co feminismo, pero xa se sabe que na vida, como no xornalismo, o de menos é o why. Polo demais, a psicose das mulleres sen baño e dos nacionalistas que aplaudiron ao presentador Álvarez ten diagnóstico: demasiada sensibilidade. Andamos todos pola casa coa punta dos pés e as luvas postas, non vaia caer algún floreiro. E conviña desensibilizarse un pouco, máis que nada polas feministas que defenden o mexo furtivo. Non vaian a empezar a xuntarse por miles en manifestacións.

6 comentarios:

iris dijo...

Mexan por nós e dicimos que chove

Anónimo dijo...

é dicir, que agora teño que mexar na rúa para poder defender os meus dereitos como muller?. vaia, pois terei que elixir entre ser feminista ou unha porquiña.
Dura elección!

M. dijo...

Eu debo engadir que a min a imaxe dunha muller entre dous coches levantando a falda e baixando a braga para mexar (clin, clin, o mexo contra a pedra do chan) non me disgusta nada. Pero tamén depende da muller e depende do mexo.

Anónimo dijo...

Totalmente dacordo, demasiada sensibilidade para certos temas que en realidade non son tan importantes e ningunha sensibilidade para os realmente importantes. O superficial gaña ó profundo. O mundo ó revés que diría o sabio Galeano.

Anónimo dijo...

Llego un poco tarde al lío porque estaba preparando,con otras compañeras,una de esas manifestaciones de miles de mujeres que tanto gustan a nuestro bizarro,brillante,querido Manuel.
En esta lucha feminista(tan lenta,sacrificada e ingrata)en la que algunas "militamos" hay sitio para todo tipo de actos y manifestaciones:Unas,como la que nos ocupa,aparentes chorradas y otras,las más,contra llamativas injusticias sociales.Los signos externos de estas injusticias todas,todos,los conocemos.En nuestro particular paraíso no hay ablaciones,apedreamientos ni repudia social por no llegar vírgen a la polla que nos destinan Alá y sus fieles servidores;sólo tenemos,por ejemplo,maltratos físicos o psíquicos por reclamar nuestros derechos,esos utópicos individualismos y libertades que sin la labor persistente e hipersensible de muchas mujeres anteriores a nosotras ni siquiera tendríamos.
En mi casa los hombres mearon siempre sentados.Mi compañero,cuando le tocó limpiar el baño,descubrió que era mucho más comodo y que había mucho menos que limpiar(la pereza sirve para muchas cosas).Sin embargo yo,como muchas,aprendimos a hacerlo de pié a los 15 años después de coger varias infecciones en baños públicos.
El mundo al revés,sí,pero desde los dos lados se vé todo mucho mejor.Os propongo un caso de envés a resolver:
En un reciente viaje a la tierra de mi pareja,Cataluña,después de recorrer todo el dia el mercado de Les Encantes,mil almacenes y tiendas de antigüedades,en el barrio más seco y polvoriento de Barcelona,bebiendo botellines de agua para aguantar la sequedad ambiental,paramos para buscar un bar,comer algo e ir al baño.Pero,qué despiste fatal,son las 10 de la noche y olvidamos que aquí no se alterna de noche de viños o cañas,no se sale a no ser en el centro,y el coche está en la otra punta del barrio.Ante la urgencia de los esfínteres,dejamos de lado nuestra buena y condicionada educación y buscamos un rincón para el apremio.El se arrima a una pared,de espaldas y sin mostrar anatomía alguna,yo lo tengo más difícil,claro,me coloco un poco más lejos entre dos contenedores,encima de un sumidero,me agacho y muestro algo más de carne.Pasa un coche de mossos y para delante de mí,¡mierda!.Pese a tener un hermoso cuerpo y un clín,clín cristalino no debo de pertenecer al cánon erótico de los señores guardias,ya que éstos me dirigen frases ofensivas y me dicen que me busque un hotel o un cliente que lo pague para hacer esas cochinadas donde nadie pueda verme.Al aparecer mi compañero y preguntar qué pasa,éstos se callan un momento,pero reaccionan pronto y después de un altercadillo donde se aclara mi profesión,sacan el bloc de multas y proceden a rellenarlo.
Y bién,¿A quién creéis que multaron con los 180 euros?
¿A los dos,ya que ambos incumplimos la ordenanza municipal?
¿A mí,por mostrar mis innobles partes con tamaña desfachatez?
¿O a él,por permitir que "su mujer" se exhibiera con tan poco decoro,más propio de una fresca callejera?
La respuesta:El machismo,u hominismo,tiene formas de manifestarse muy enrevesadas;tantas,que a veces el feminismo busca formas más enrevesadas para tratar de resolverlas
A Manuel lo que menos le gusta del feminismo son las feministas.
Yo estoy deseando dejar de serlo,a ver cuando lo consigo.

yaya dijo...

Un dramón lo de las ganas de hacer pipí. El popó aún se aguanta, pero el pipí...