Desconozco si algún eximio programador televisivo maneja ya la idea importada por EE UU, Portugal e Italia de implantar en España un canal de 24 horas para bebés de hasta tres años de edad: así la basura, por fin, acabará en los pañales. Se mire por donde se mire, la aventura es fascinante, aunque ya España ha sido pionera en tener delante de la televisión a millones de individuos en pleno desarrollo cerebral. Parece que la idea parte de una máxima célebre: si no puedes con el enemigo, únete a él. Es evidente que la sociedad ha perdido la batalla contra la televisión: la creó para ser devorada por ella. De ahí que ahora se promueva el adoctrinamiento radical desde el destete: si en el Mundo Feliz de Huxley los niños reaccionaban a estímulos y repetían como borregos máximas que les condicionarían la vida, con la televisión para bebés se allana el camino hacia la ansiada linealidad del encefalograma. Los programas de Baby TV son variados: nanas, historias con muñecos de peluche, abecedarios animados y lecciones de gimnasia (como las de los viernes de Canal Plus, pero con chándal). En España no hay que quitarle ojo a este proyecto porque puede cambiar el rumbo de la Historia. Una generación de españoles que haya mamado desde la cuna nanas cantadas por Emilio Aragón o se haya tragado el abecedario dictado por Yola Berrocal está llamada a la épica. De prosperar la idea, la primera palabra de los bebés no será mamá, sino Amparo, y el crío dará sus primeros pasos como Chiquito. Con todo, lo mejor será ver cuánto tardamos los adultos en engancharnos a la Baby TV mientras los niños, aburridos, empiezan ya a coger los libros.
martes, noviembre 14
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1 comentario:
Pois eu xuraría que aprendín a contar co conde Drácula de Barrio Sésamo, un programa no que se repetían cousas que nunca xamais atopei en ningún libro da escola nin me dixo ningún mestre. "Solo no puedes; con amigos, sí", por exemplo. Na televisión vin por primeira vez 'E.T.' e 'Mary Poppins' e descubrín o cine. E grazas á televisión tiven compaña mentres pasaba os catarros e a varicela. Eu nisto estou con Gonzalo Suárez: a televisión é un instrumento marabilloso que enchemos de merda.
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