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martes, marzo 27

Bellezas y estrelladas

Los designios del Señor sin inescrutables. También lo son los de la televisión. El domingo por la noche Telecinco desplegó la esencia de la telebasura, su corazoncito húmedo y pringoso, en el particular holocausto de la posmodernidad arquitectónica: Marina D`Or, el imperio hortera que sirve como pulida metáfora del urbanismo apestoso y pornográfico. Se celebró allí, en ese mundo de plastilina defecada, la gala de Miss España con un objetivo loable que haría las delicias del Instituto de la Mujer: elegir a la más jamona. A la misma hora, y sin bajarse uno del mando a distancia, Antena 3 contraatacaba con brío: un concurso en el que las supuestas feas se someten a una humillación consentida y, posteriormente, a varias operaciones de cirugía estética. Un reconocimiento implícito a la categoría real de la mujer, entenderán los más sesudos. La fábula del cisne, pero de modo artificial, casi violento, y por métodos subordinados al espectáculo de masas: una maravilla estética que probablemente estén celebrando aún los responsables del Instituto de la Mujer entre champán y langostinos.

El espectáculo de Miss España deparó sobresaltos políticos y rompió un tabú histórico del que siempre me desvinculé, no sólo con las palabras sino con las manos: la mujer vasca no anda precisamente sobrada de belleza. Miss Guipúzcoa y Miss Vizcaya: dos aldabonazos para el proceso de paz y un aviso para los muchachos de Otegi: la belleza vasca se tiñe de rojigualda sin que haya atisbo de convocar, en una medida prudente y socialista, Miss Euskal Herria (y me parece bien, conste, la ausencia de cualquier macabra carrera de bellezas). En medio de todo eso, el despliegue impúdico de carne en prime-time sin que nadie levante la voz: nos molesta la utilización de la mujer en la publicidad de Dolce&Gabanna, pero en Miss España lo que se valora con sus paseos en bañador es su catadura moral y las ansias infinitas de paz mundial. Dicho de otro modo: su culo, sus tetas, sus piernas y ese saborío al andar. A mí estas cosas no me parecen mal, de la misma forma que no me parecen bien: una empresa privada puede sacar la basura a la calle a la hora que quiera, y uno puede pasar por allí a cheirar o no. Lo que me incomoda es el rasero gubernamental, y el silencio cómodo de ese órgano vigilante y fiscalizador puesto al servicio de las buenas costumbres.

En la acera de enfrente, Antena 3 esparcía su concurso estrella. La primera chica en pasar por el quirófano representaba el patrón de fealdad que la televisión ha publicitado con éxito a través de series, propagandas y demás: una chica bajita, morena, con gafas y los dientes averiados. Alguien debería explicar cuál ha sido el comité de sabios y con quiénes están casados esos hombres (probablemente con otros hombres) para decidir tiempo atrás ese perfil que ellos entienden de corte repulsivo. Ahí está Betty la Fea apechugando con su reprobación social como paso previo a la lenta conversión en objeto de deseo: este país estará salvado mientras haya gente como yo que aborrezca esos tránsitos y prefiera el latido primigenio de la belleza incomparable, sin estar sujeta a modas externas. De ahí, por ejemplo, mi pasión por Shrek (su señora Fiona, o sea).

Y en ésas estábamos, todavía compungidos por tal atracón de aprecio televisivo por la mujer (Ley de Igualdad para esto), cuando ayer se conoció la reacción oficial de Batasuna a la subida de dos vascas al podio de la belleza cañí: como represalia al exceso hormonal español, la izquierda aberztale propinó una patada en los huevos a un dirigente del Foro Ermua. Por si se le ocurría echarle un ojo al culo de las mozas y ponerse bravo. Aurrera, aurrera.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

confieso que yo también asistí enganchada al capítulo de "kasparov" de ayer...¿qué me está pasandoooo?

Anónimo dijo...

Eleee, te pasaste de frenada: Médico de familia es en el piso de abajo.

Bicos.

Anónimo dijo...

Ese magnífico 'Instituto de la Mujer'. Que presuposto manexará tan marabillosa institución?

E ese grandísimo momento no que Miss Cantabria foi 'despojada' do seu título porque tiña un fillo. Que grande. Eu cheguei a estar convencida de que algún colectivo acabaría por darlle un premio ou algo (o 'Instituto de la Mujer' por exemplo!!!). Menos mal que alomenos os medios de comunicación cumpriron coa 'pájara' dándolle todos esos minutos tan merecidos á súa loita pola igualdade. É que o tema era fantástico: unha tipa que quere ser 'Miss España' reivindica respecto para as mulleres. Fan-tas-ti-co.

Anónimo dijo...

Por fin un poco de chicha, Manuel, me tenía usted un poco aburrido. Siento discrepar con alguno de sus visitantes, pero escribir cuentos graciosillos y rocambolescos, es demasiado fácil; prefiero su versión crítica, aunque no acostumbre a comparar su punto de vista, y sobre todo, prefiero su vertiente diletante (y habrá quién venga a decirme que no es nada sencillo dedicarse a los relatuchos (dicho tan despectivamente como suena). Lo complicado es verterse, exponer ante los demás aquello que en uno se oculta y que supone una verdad, aun hasta siendo ésta (no me refiero a usted necesariamente) teatralizada y desenfocada. Es infinitamente más embarazoso resultar gracioso sin pretenderlo, que intentarlo y no conseguirlo).
Dicho esto y olvidado inmediatamente, quisiera aplaudir el enlace, que ha introducido en un comentario a otro post, a un poema de “Jean Fontaine Odisea” de Agustín Fernández Mallo. Este libro es magnífico. La poesía española, después tanto tiempo anquilosada en “experiencias” y demás artificios alíricos serializados a partir de las consignas dictadas por García Montero, Benítez Reyes y compañía, despierta. Bueno, quizás haya empezado a retomar el vuelo (poesía… vuelo… Sí, correcto) hace ya más de una década (pienso en este momento en Alicia bajo Cero y Jenaro Talens), pero me da igual, este tipo me encanta y yo tiendo demasiado a la digresión y al diletantismo (usted también, así que, nada que reprochar). Recomiendo, ya que estoy, su novela (?) “Nocilla Dream”, la cual, me parece también magnífica.

Ahora iba a comentar algo sobre las misses y demás, pero creo que ya me he pasado escribiendo. Me limitaré a parafrasear (descontextualizar sería un poco más correcto), a Jorge Riechmann: “no somos inocentes, pero tampoco somos cómplices”. Parte de lo que resta ya lo ha dicho Lulú.

En otro momento vuelvo: sus alusiones a la posmodernidad… Hay mucho tema ahí.

Anónimo dijo...

ye verdá, ye verdá...fallóme el ascensor:)un besín, emeeeee

Anónimo dijo...

Asdf, somos máis os que pensamos que o mellor Jabois é o que permanece apegado á realidade, observándoa e analizándoa de xeito crítico. Compráceme ver que, alomenos nisto, coincidimos.

Anónimo dijo...

Para mí, el mejor Jabois, el cartero que se convirtió en poeta, aunque diga no serlo ;)

M. dijo...

Pues yo me hago gracia...

Anónimo dijo...

m. Yo no digo que no tenga gracia, sino que se le dan mejor otras cosas, que aún por encima son menos fáciles.

Supongo lulú, que en más cosas coincidiremos; al menos en el tema de las misses un poco, ya que no en Arcadi.

Pd: perdón por las erratas, debería revisar mis comentarios antes de colgarlos.