Achego correo de X. dende a primeira liña da fronte. Escoito ata os asubíos das balas. “Ai, os meus caros amigos. Se confiásedes máis na vida, lanzariádesvos menos ao instante. Era así? E eu síntome esgotado desta fuxida. Quen se atreve de nós a dicir que non é dono do seu destino? E quen o é? Non vexo como seguir a este ritmo. Agora que está tan de moda o de ‘sostíbel’, isto non o é. Xa vedes: estou un pouco coma os bascos, pedindo a oportunidade dunha tregua. Ou do fin da violencia, máis ben. Pero somos como somos, ou como fomos, e do mesmo xeito que o tema dos presos é un problemón (que ides facer, poñelos a repartir publicidade?) o tema da nosa reinserción non o é menos. Di Ray Liotta cando declara contra os seus ex camaradas en Un dos nosos, cun desencanto para min memorábel (que tal vez por iso xa vos contei), algo así como ‘durante anos chegabamos nos mellores coches, aparcabamos nas beirarrúas e baixabamos coas mellores mozas. Tódalas portas se abrían e todo o mundo viraba para saudarnos. Eramos como estrelas de cine e non había nada que desexásemos que puidese ao momento ser conseguido. E, todo iso, agora acabouse, e teño que pasar o resto dos meus días coa protección de dous tipos vivindo como un don ninguén’. Se cadra o engano para min empeza onde acaba iso: en crerme algo por facer o que fago, máis ben o que fixen”.
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5 comentarios:
Busquei o monólogo ao que fai referencia X. no correo. Non é exactamente así (definitivamente, case non ten nada que ver) pero excuso dicir que prefiro o do meu amigo, do que me apresuro a dicir que comerciar, non comercia.
Atopei o orixinal en español. Tampouco está mal:
"A todos nos era muy fácil desaparecer. Mi casa estaba a nombre de mi suegra, los coches estaban a nombre de mi mujer, mis carnets de la Seguridad Social y de conducir eran falsos, nunca votaba, nunca pagaba impuestos. Mi certificado de nacimiento y mi ficha de la policía eran las únicas pruebas de que estaba vivo.
Lo que más me costaba era dejar aquella vida. Me gustaba esa vida. Nos trataban como a estrellas de cine peligrosas, teníamos todo sólo con pedirlo, y nuestras mujeres, madres, hijos, todos disfrutábamos de lo que hacíamos. Tenía bolsas de papel llenas de joyas apiladas en la cocina, tenía un azucarero lleno de coca junto a la cama.
Podía tener todo lo que quería con una simple llamada de teléfono. Coches, las llaves de una docena de apartamentos en toda la ciudad, apostar veinte o treinta mil dólares en un fin de semana y luego gastar las ganancias en una semana o pedir prestado para pagar al corredor de apuestas.
No importaba; eso no significaba nada. Cuando no tenía un centavo en el bolsillo iba y robaba más. Controlábamos todo. Untábamos a la bofia, untábamos a abogados, untábamos a los jueces, todo el mundo ponía la mano, y por ese motivo todo podía comprarse. Y ahora todo se acabó.
Eso es lo más duro: que hoy todo es distinto. No hay aliciente. Tengo que esperar como todo el mundo, ni siquiera me mandan comida decente. Nada más llegar aquí pedí spaghettis con salsa marinara y me trajeron macarrones con ketchup. Soy un don nadie: y tengo que vivir el resto de mi vida como un gilipollas".
(Me parece buenísima la frase final: "Tengo que vivir el resto de mi vida como un gilipollas").
Sus lectores tenemos a m., referencias por/para A. y J., y ahora X. ¿Hemos de formar un acrónimo? :=)
Siga con salud.
V.
Huy, tengo algunos más... Son reales, pero los utilizo sin permiso, de manera muy poco elegante, saqueando su intimidad (¡sus correos, incluso, cuando me escasean las ideas!), así que les concedo la inicial. Si por mí fuera, ahí iban con nombres, apellidos y NIF. Pero es cosa de guardar un poco, tampoco mucho, de respeto. En fin: tampoco soy Trapiello, eh? :)
Hola, Manuel. Acaba de llegar mi hermano de tierras gallegas y me ha dicho que el otro día murió John Balan.
He venido directo aquí a leer tu artículo. Supongo que si no lo has escrito ya estará a punto de caer. Lo esperamos.
Un abrazo.
Me pilló en Asturias, pasando unos días. Todo lo que se puede escribir sobre Balan lo escribió nuestro amigo Erasmo en los comentarios un año atrás: tengo que hacerlo entrada en el blog. Yo lo saqueo para el artículo del día, una columna corta en la contra que colgaré también mañana. Me faltan exactamente las últimas cinco líneas. Abrazos.
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