El fútbol sirve hoy, a falta de una buena guerra, como refugio de patrias. La pontevedresa es patria granate no muy diferente de otras: fieles, vinos, cantantes y arrimados. Los arrimados son aquellos que buscan el calor de un escudo al amparo del éxito. Para muestra, el Deportivo del año 89 (aquel de Martín Lasarte y Sabín Bilbao) y el Deportivo del año 96 (de Bebeto y Mauro Silva). Tampoco el Pontevedra se libra de estos felices parásitos, entre los que me conté hace años con la cosa del ascenso: una excusa para no ir a misa de tarde. Dejé de ir en años siguientes por una razón tan cruel como misteriosa: no encontraba placer en el fútbol en sí, salvo aquellos momentos milagrosos que la Historia entiende como tales, sino por el Madrid. Así que dejé que fluyera el ascenso cuando lo que fluyó fue la tragedia. Las patrias no serían nada sin mercenarios como los que el domingo se acercarán a Pasarón por primera vez a disfrutar del ambiente, la fiesta y el bebercio. No se conmuevan los puristas del Pontevedra que se dejan las coderas de las americanas en los alegres debates de los bares: saben ellos como sabe el fútbol que un club sin arrimados de última hora no sería nada. Que luego se queden con el equipo en la categoría ya es lo de menos ni nos importa: lo que hay que hacer es empujar, sea por la fiesta, por la gente o por el 4-4-2, que de todo hay en la vida. Viene el Ceuta, que ha ido dejando recados en la web del Diario y llamando a la victoria. En las últimas semanas Ceuta ha estado en los periódicos por la detención de El Nene, un tipo de 33 años que tiene más de 33 millones de euros y del que se dice que le pasa la caja a uno de cada cuatro porros que se fuman en España, y en España se fuman muchos. Con personajes históricos de ese calado tampoco es que se pueda ir muy lejos, pero aquí les recibirá Ence, otro mastodonte de la actualidad: vamos a penaltis fijo.
miércoles, mayo 28
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2 comentarios:
"El fútbol sirve hoy, a falta de una buena guerra, como refugio de patrias."
A veces también de imbecilidad.
prvaya, yo fuí una vez arrimada, cuando ascendió hace muchos años el Compostela a Primera y yo andaba por aquellas épocas viviendo en Santiago. Qué recuerdos¡¡¡En fin, has abierto la caja de pandora de mis nostalgias universitarias, no se si alegrarme o dejar de leerte una temporada.
Bicos.
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