Rajoy quiere que los inmigrantes firmen un contrato (¡si a eso vienen!) de integración en España. Quien quiera saber en qué consiste eso que vea al propio Rajoy en televisión felicitándonos por ser españoles el doce de octubre: los demás días también, pero ése hay que serlo un poco más. La cláusula que más polémica ha despertado ha sido la de “respetar las costumbres españolas”: les vamos a cronometrar las siestas. Aquí el apuro ha llegado por varios frentes. Gabilondo insistió mucho en eso (por cierto: su exquisita violencia periodística con Rajoy, rayando otra vez los malos modos, me parecerá ejemplar si la despliega con Zapatero) y Rajoy balbuceó un poco. Balbucear es algo muy gallego, pero poco español: el líder no da ejemplo. Arias Cañete ya dio pistas sobre las costumbres patrias: los camareros de toda la vida. Luego están los dichos populares, a los que también se puede atener el inmigrante: picha española, por ejemplo, no mea sola. Pero oficialmente quien se animó un poco fue Pizarro. Para él, una costumbre española es "no robar", a diferencia de los países en los que es tradición, y "que no te corten la mano por hacerlo", como en Irán. Así que si allí no hay homosexuales, en España no hay ladrones, o por lo menos no es costumbre: a veces se pilla algo, pero por necesidá. Teniendo en cuenta que uno de los más lustrosos españoles del último medio siglo, por aclamación popular, fue aquel Dioni que se largó a Brasil con un furgón de trescientos kilos (“ay Dionisio / mucho visio”), Pizarro va desencaminado: en España no sólo hay grandes manguis, sino que los hacemos héroes.
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5 comentarios:
Leo tu columna los domingos.No sé si escribes todos los domingos, sólo sé que te leo los domingos porque los domingos me sale gratis. Y hoy leí tu columna, y me acordé que hace tiempo habías escrito sobre una historia de amor. No recuerdo ninguna frase de ese artículo, pero sé que lo guardé durante mucho tiempo y ahora no lo encuentro. Así que decidí ver si aparecías en google, y mira, estás y además en blogger. Y aquí llevo hora y media, con mil y una cosas por hacer, entusiasmándome con cada palabra, y con un miedo a la decepción que hacía tiempo no me visitaba. Pero a final tengo que rendirme. Incluso iba a declarame, lo que pasa es que tengo ls cejas peqeñitas y claras. Eso ha sido un golpe bajo, pero no telo tendré en cuenta.
Por cierto, debes actualizarte. El Dioni es historia. Lo que se lleva ahora es "El Solitario" que tiene hasta una miniserie en Antena3. Y además, como dice una amiga mía, por lo menos es eficiente, que es lo que hace falta en este país.
Un saludo
Cuida a tu amiga: es muy inteligente. Si todos preparásemos nuestro trabajo como lo preparaba ese cabrón qué distinto sería todo.
Gracias por el comentario. Una de las cosas que quise hacer al montar este tenderete era, además de colgar la columna del día, recuperar artículos de años anteriores, incluso (o sobre todo) aquellos que me hagan sonrojar. Probablente ése del que hablas es uno de ellos. Ya lo busco yo por ti.
(Encuentro al Dioni más refrescante que El Solitario. Más español, si se quiere. El Solitario fue demasiado metódico, demasiado eficaz, casi germánico. El Dioni sólo quería pegarse la vida padre en Brasil follando negras, que es parte de la educación sentimental española. El Solitario atacó el Sistema desde fuera, pero El Dioni fue más elegante: ya estaba dentro, sin tiros, conduciendo él mismo la furgoneta de los millones hasta Copacabana con sus huevos gordos en el salpicadero. Curiosamente, del único que consta públicamente que se tiró a la Brasileña -con mayúscula, la Brasileña como encarnación del mito- fue El Solitario. Lástima de los guiñapos que aparecieron después, bajo sus heroicas fachadas).
Bicos.
La exquisita violencia periodística con Rajoy, rayando otra vez los malos modos no ha sido ejemplar. Acabo de asistir a la babeante complacencia con que ha entrevistado a Zapatero. Lamentable.
Un abrazo.
Lo sabía, Diarios.
Pensar otra cosa hubiese sido de un optimismo casi temerario.
A dónde ha llegado Gabilondo que Pedro J., el mismo Pedro J. de ego tan insólito que pone a su americana a entrevistar a Rajoy, ha sido bastante más imparcial, bastante más "periodista" (bastante menos militante, mejor dicho) en sus entrevistas que él.
País (que diría Forges)
Un abrazo.
Olé (que, por cierto, queda muy español).
Un abrazo.
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