No hace mucho leí que una de las grandes contribuciones culturales de Berlusconi fue recortarle la falda por el culo a las azafatas de sus concursos. Ya bamboleantes las robustas cachas de la nación y bien alzadas las copas de sus pechos, Berlusconi inauguró el ‘mamachichismo’, que es un machismo tartamudeante y feliz con el que se alborotaron las tetas en la pantalla. En ataque de vanidad, Zapatero, feminista vocacional y cada vez más rendido al espectáculo, viene de nombrar ministra de Defensa a Carme Chacón. El Ejército sacude siempre las victorias de Zapatero, que lo utiliza como rápida metáfora de su poder. Carme Chacón fue su particular retirada de tropas: el seco aldabonazo con el que poner a andar la nación. Inteligente, el presidente ha obligado a retratarse a todos, incapaces de callar los problemas con tan abultada tripa que tendrá Chacón para meterse en un tanque: esto lo dijo César Vidal, lo que no deja de tener su gracia, porque si el día menos esperado el locutor se pone a parir tenemos que salir todos de España. Desde Italia llegó una señal inquietante: al Cavaliere la imagen de una jovencita embarazada poniendo firme a un batallón le atormentaba. ¿Era necesario el nombramiento?, se preguntan los más tenues ‘arévalos’. Viendo esa ténebre histeria, los cómplices codazos tabernarios y el ‘mamachizado’ sudorcillo sobaquero traidor, hubo hasta que improvisar un Ministerio de Igualdad.
lunes, abril 21
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