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lunes, abril 14

Creador

Recibo con satisfacción noticias del nuevo Gobierno (hay una ministra de 31 años, pero Alejandro conquistó el mundo con 27) y la continuidad de César Antonio Molina, protagonista hace unas semanas en La Opinión de una de las entrevistas más sonrojantes que se hayan leído nunca en democracia: una tasación en bruto. Me llegó por mail, como las viagras y los alargamientos de pene, con la salvedad de que a la entrevista ni le hizo falta un milímetro de extensión: no la toques ya más, que así es la rosa. El titular de campaña es furibundo: "Soy muy conocido y popular y no necesito hacer un gran esfuerzo". El antetítulo primoroso: "Zapatero siempre dice que, además de ser un gran intelectual y un gran gestor, soy más político de lo que creo, que es una manera de decirme que lo iba a hacer igual de bien en el ministerio". Y hay que auscultar bien, sin embargo, para hallar el tesoro del ministro. Está en el texto, sin destacados, agazapado entre la maleza de apocada modestia: "No tengo una actividad deportiva física y el poco tiempo que tengo lo dedico al aspecto creador. Es una rutina que cultivo desde la infancia". La rutina de la creación en mandilón: el niño César Antonio imitando a Lloyd Wright con la plastilina. Estos ministros son buenos para el periodismo y en general para la vida. Del escritor César Vidal se dice si hubiera leído todos los libros que ha escrito sería un hombre cultísimo. Del inmortal creador César Antonio Molina nos quedamos con su currículo. De profesión, sus rutinas.

2 comentarios:

Im-Pulso dijo...

Suscribo al 100% la opinión que le merece la actitud del ministro Molina: sonrojante. Así son los vazquistas y sus similares.

yaya dijo...

¡Ala! Pues si es un intelectual entonces es como la hija pequeña de la Preysler, que lo dijo el sábado Chábeli en la tele: "Mi hermana Ana es muy intelectual, o sea le encantan los libros"

Yo no sabía que se podía ser "gran" intelectual o "muy" intelectual. Yo creí que o se era o no se era. Cada vez se pone más difícil, ¡caches!