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lunes, febrero 19

Publicidad


En tiempos de sensibilidades tan exacerbadas se hace imprescindible un órgano tan pomposo como un Instituto de la Mujer que institucionalice, de alguna manera, los comportamientos más fanáticos para no dejarlos a la intemperie de su propio ridículo. Es el caso de la última campaña de publicidad de Dolce&Gabbana, que muestra a varios musculados muchachos, afeitados y convenientemente untados de aceite, rodeando a una mujer tumbada: uno de ellos se inclina sobre ella sujetándole las muñecas. La imagen ha provocado protestas de varias asociaciones, de los verdes y de una veintena de particulares. Ha recogido el guante a lo bravo el Instituto de la Mujer: “La imagen incita a la violencia contra los mujeres” y “reduce la mujer a un objeto sexual”. A lo primero no hay respuesta: la tontería no se sostiene. En lo segundo discrepo: yo no veo nada malo en que se presente a una mujer como objeto sexual con un fin publicitario, y probablemente haya muchas que estarían encantadas de serlo: ¿es tan duro despertar deseo sexual?, ¿acaso los chicos del anuncio no lo son, ofrecidos como manjares a mujeres que los devoran con los ojos? En el sexo hay roles, y alguno de esos roles implica cierta violencia: todo eso ejerce atracción, y la publicidad no es otra cosa. El pellizco que la Xunta denuncia como maltrato es un gesto cómplice. En nuestras diversas maneras de follar hay lugar para palmadas, arañazos y mordiscos, cuando no (es minoría) latigazos puros y duros. Hay hombres a los que les gusta ser dominados y hay mujeres a las que también. La publicidad tiende a recoger el pulso de la vida bajo el ojo clínico de la provocación y un muy inspirado reflejo social . En eso firmas como Benetton o Dolce&Gabbana llevan varios cuerpos de ventaja.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez más se ha conseguido que hacerle a la marca más publicidad de la que han pagado. Cada vez que se intenta prohibir una campaña todas las personas que no habían visto el anuncio lo ven. ¿Alguien deja de comprar productos de ciertas marcas por su mal uso de la publicidad? ¿y por la información de sus políticas de trabajo abusivas? Claro ejemplo es la ruina de marcas como Nike, Adidas,... las cuales hacen uso de la explotación para abaratar costes y las mismas que luego llevan deportistas de elite en eventos benéficos a favor del fin de la explotación infantil.
Es cierto que el anuncio se las trae pero en navidad la misma marca llenó las marquesinas de la capital con la foto de un muchachito, también perfectamente depilado, enseñando cacha y nadie dijo nada. Y creerme que era muy sugerente y no para rezar a su lado. Aunque quien crea le debería dar gracias a Dios por dicho elemento de la naturaleza y probablemente del Photoshop.

Anónimo dijo...

Pues yo creo que son gays...
Conde-Duque.

Anónimo dijo...

Discutía, recuerdo con una mujer: Me repetía una y otra vez que ella iba por delante mía en el camino de la virtud. Por mucho que lo intenté no conseguí que entendiese que tal camino no existe.


Señor Manuel Jabois,hay una gran diferencia entre querer saber y querer ser sabio, entre opinar y tener opinión. Como siga así, dentro de poco va a parecer una versión aldeana de Ramoncín.
Use el cerebro antes de escribir, que sé que lo tiene.