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martes, abril 15

Chema desvaído

Estos días se ha muerto Chema el panadero: la noticia no ocupó espacio en la prensa pero ha sido la primera consultada en los diarios digitales y ha repercutido en internet con esa melancolía desteñida con el que se trata la muerte no de un hombre, sino de una parte de la infancia. A Juan Ramón Sánchez Guinot se lo llevó un cáncer de pulmón a los 51 años. Flaco, de rubio flequillo ochentero, bailarín y cantor, Chema iba de un lado a otro con su delantal blanco. No recuerdo ahora si tenía amores con Ana, pero en la vida real se casó con la actriz que estaba dentro de Espinete: su particular José Luis Moreno. "Tengo pinchos en la espalda, pero por delante no, para que cuando te abrace no te pinche el corazón...", cantaba el erizo. Si los sabores, los lánguidos mordiscos a la magdalena, nos llevan a la infancia, la agria muerte de Chema ha devuelto un bocadillo de chocolate y un par de mandarinas. No se nos está muriendo la infancia, sino algo peor: dos niños asomando por la puerta de un tren, Espinete desconcertado en la ciudad y Don Pimpón caminando por un bosque, con varios niños detrás, jugando al escondite. Curiosamente envejeció mejor Don Pimpón: su nombre se atribuye siempre a cualquier señor de peso generoso que evoque, por no se sabe qué misterios de la metafísica, la oronda figura de aquel sanote amigo de Espinete (y ahora, con esto de sanote, caigo en otro ‘donpimpón’: el noblote noviete de Carmen Martínez-Bordiú). Después de Barrio Sésamo vino Los mundos de Yupi: no recuerdo si fue un fiasco o dimos el estirón. No hubo más: cuando aprendimos a contar y a escribir con cierta propiedad nos olvidamos de los estrafalarios bailes de Chema en Barrio Sésamo. Hasta que se conoció su muerte y nos obligó, con afectación, a volver otra vez la mirada atrás: laboriosa conjura la del cáncer. A Chema el panadero lo sustituyó Chema el tendero. No hay ningún tránsito que explique mejor la vida y sus pocas vacilaciones: nuestra generación se desplazó del "reportero más dicharachero" de la rana Gustavo al "quien fuera cochino para meterte el hocico en toda la trufa" de Mauricio. Así nosotros y nuestro feliz calvario.

5 comentarios:

Dinintel dijo...

Ya hay en marcha homenajes:

http://espineteydonpimpon.blogspot.com/

Apertas!

Reina de Palandria dijo...

Los que crecimos con Espinete, con Donpinpón, con Chema, con Ana, con Ruth, con Epi, con Blas... entendemos que nos escribes desde ese lugar donde todos habitamos y merendamos juntos, donde fuimos felices y aprendimos tanto sobre la vida...Somos toda una generación , me gustaria creer, que de sensibleros y románticos que valoran la amistad y el compromiso por encima de cualquier otra cosa. Somos la infancia que tuvimos, lo que dejamos atrás, nuestra nostalgia...Con tu artículo volví a todo lo que fuí, y es que has conseguido un verdadero retrato generacional. A los que rondamos los treinta, nos has tocado el corazón.

un beso.

Reina de Palandria dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Versión11 dijo...

Cuando era chica no tenía muy clara la diferencia entre Chema y el dandy del equipo A. Para mí eran la misma persona en diferentes series.
Por cierto, la Bordiú no tiene noviete, señor marido y to la pejca. Muy acertado el uso del adjetivo noblote y un muy bonito post, qué leches.

Portarosa dijo...

Qué bien escrito/bes, Manuel.

Un abrazo.