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lunes, diciembre 3

Hienas, efectivamente

Hay que prestarle atención a esa señora que, elevando la mano graciosamente y atiplando la voz, gritó ayer en todos los telediarios: “¡Ay, la maricona de Zerolo!”. No es un síntoma de nada que no sepamos: hemos visto crecer el odio en directo gracias a las convocatorias trimestrales de los sábados en Madrid. Ha sido un parto nada espontáneo, inducido con coherencia por el PP y su fantástico universo vocinglero, y el odio es vigoroso y fuerte: tanto, que un día lo veremos levantando piedras. A esa señora, por ejemplo, ya le dedicó hace varios meses Manuel Vicent un artículo espléndido en El País. Es una señora que estaba allí poniéndose además del lado de ETA, también muy graciosamente, atiplándose toda ella. La unidad de los partidos democráticos, aunque fingida e hipócrita, y frente a ellos la AVT, reserva espiritual de las víctimas del terrismo: los primeros contra ETA y los segundos contra Zapatero, naturalmente. Entre las imágenes se distingue una masa borrosa en blanco y negro chillando curiosidades, y luego el objetivo apuntó a la señora que se amariconaba delante de sus amigas, entre aplausos y risas. Ella era la metáfora: el simbólico despertar de la distinguida conciencia antiterrorista con que nos obsequia su mas emblemático colectivo. A los que se rompen los pulmones diciendo que ETA nunca conseguirá nada con la violencia hay que mostrarles en una jaula a esta especie reproductiva que le grita a Zerolo “maricona, maricona”: ella, y los cientos de miles que se ponen detrás respaldándola, es el fruto de tu vientre Federico. Es la hiena que llevan dentro, viva y feroz, las íntimas carnes de una derecha viciada por la religión, el odio y la gangrena de un sectarismo aterrador: el cadáver de unas ideas enfermas que la señora sólo desmaquillaba en la intimidad de su coqueto salón hasta que sus predicadores la animaron a salir a la calle para salvar a España. “No somos de centro, somos de derechas”, le gritaban los manifestados a Gallardón. “No somos de derechas, somos fascistas químicamente puros”, gritaba la señora, estirando su mano como la estiraban los cómicos franquistas cuando había que representar a un maricón, y aflautando mucho la voz, que también la tenía aflautada Franco.

4 comentarios:

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

¡Chapeau!
Parecían enterrados.
Pero están aquí de nuevo.
Bien nutridos por el odio de algunos -los que agitan el nogal-.
Utilizados por los otros -los que pretenden llevarse las nueces-.
Finalmente, la política rastrera siempre encuentra idiotas peligrosos a los que azuzar en beneficio propio.
Un abrazo y enhorabuena por el artículo. Es espléndido.

Portarosa dijo...

Su verdadera cara. Caretas fuera.

Olé por el artículo.

busto.agolada dijo...

Ay, esta España mía, esta España nuestra!
Eu asimilo que exista xente así pero asústame pensar que sexan bastantes e que se xunten para erguer as pedras do odio.
Moi interesante e acertado artigo.
Saúdos.

M. dijo...

Grazas Porto: tes razón. Nos momentos máis sensibles sempre hai quen ten que ir cara adiante, cuspindo sobre as súas caretas.

Diarios, ya ves que al final aquí de lo que se trata es de agitar el árbol. Menos mal que éstos no pasan de la zafiedad y el insulto al tiro en la nuca: con unos ya tenemos todos bastante. Ahora lo justo sería que a los de la nuca los arrinconásemos entre todos, pero es imposible: hay a quien no le interesa. Primero el poder, por supuesto. Sea.

Querido Manuel, qué acertado iso que escribes: "asimilo que haxa xente así pero asústame pensar que se xunten". Non pensara niso. E si, da moito medo. Déronse conta que fan boas migas, e que se lles presta moita atención. Pobres deles. Pobres de nós.

Apertas e grazas aos tres.