"Ao señor Lores só lle falta dicir: que viene el lobo, que viene el lobo". Este es uno de los hits de Telmo Martín en campaña. Lo deslizó en una entrevista y lo repitió varias veces a lo largo del día. La ocurrencia era feliz hasta que ayer llegó el lobo: mató a cinco potros y dejó dos heridos en el monte de Cotobade. Y algo peor: los ganaderos amenazan con batidas ilegales para matarlo. Al lobo es mentarlo y aparecer. Pero aún hay más: en Cotobade, precisamente en Cotobade, reapareció Fraga este fin de semana. Hay metáforas que es mejor callarlas.
Para quien no tenga la suerte de conocerlo, hay que decir que José Luis Rodríguez Lorenzo es un filón. El ex alcalde de Sanxenxo y candidato ahora independiente responde al patrón de genio y figura. En el PP hay miedo de que pueda convertirse en la llave de gobierno, pero tal y como es él, que tiemblen todos. Hace poco se declaró en una entrevista de izquierdas, lo que ya es un paso, sobre todo teniendo en cuenta que fue uno de los alcaldes emblemáticos del PSOE gallego en unos años, los noventa, en los que el socialismo era un desierto. Pendiente de la atención mediática y del apoyo popular (Rodríguez maneja las cortas distancias y es un personaje con tirón), organizó la presentación de su programa en el Pardo Bazán a las 13.30 horas. No llenó, porque no son horas para un domingo, pero ahí estuvo él y su carácter. Que no se casa con nadie no tiene ni que prometerlo: por no casarse, no se casa ni con su público. En medio de su discurso, interrumpido constantemente por los aplausos, dio un puñetazo en la mesa: “Por favor, non me aplaudan porque me cortan o discurso. Chégame coa intención”.
En Vigo resiste Corina Porro, junto a Teófila Martínez uno de los últimos bastiones de aquella camarilla de “rubia y del PP” que hizo temblar a la generación de Quintanilla de Onésimo, heredera espiritual del aznarismo. Porro tiene complicado repetir, pero sonríe. Hace cuatro años ya se escribió de ella en esta columna y se citó entonces a Carlos Blanco. Como el tiempo no pasa por mí (ni por ella, ni por Blanco), repito la coña: “Mira que chamarte Corina Porro. Anda que menudo nome... Corina”. Leída ahora ya no tiene tanta gracia: o sea que el tiempo, aunque no lo parece, sí que pasa. Ayer la alcaldesa de Vigo sacó pecho: “De 13 kilómetros por hora hemos pasado a 28 y 22 kilómetros por hora en el centro de la ciudad”. No especificó si andando o reptando, pero el aumento es considerable. Debería pensarse en traer a Vigo la Fórmula 1. O servir de lanzadera, directamente, de un cohete.
6 comentarios:
Como ya se ha discutido aquí al respecto, quiero dejar claro que, para mí, el tono irónico/sarcástico se te da muy, pero que muy, bien.
Lo de la velocidad es genial.
Un abrazo, Manuel.
Comienza la regeneración política en Francia. El primer ministro, Francoise Fillon, ha dicho que si alguno de sus ministros no sale elegido en las próximas elecciones legislativas (que se celebran en junio)ya se puede despedir del gobierno. Él también se aplica el cuento. Su teoría: si los miembros del gobierno no son elegidos por el pueblo, no merecen representarlo. Claro, pero es que en Francia los electores eligen candidatos directos, a dos vueltas, y las listas de los partidos no son cerradas. Viva la competencia. Igualito, igualito que aquí.
Saludos, E.
PD: estimado Jabois, le veo a usted últimamente muy nervioso. ¿Qué será, será...? Ya le queda a usted muy poco para pasar el Rubicón y que pueda decir, como César, alea jacta est.
Perdone que le inunde el blog con ciencia política, pero es que estamos en campaña y no me resisto. Ahora que ZP ha sacado de la chistera eso del Estado asimétrico y que quiere convertirnos en un sistema federal o confederal, que no sé muy bien dónde está la diferencia, le voy a exponer cómo se eligen en Alemania los municipios (Estado federal por antonomasia).
En cada uno de los estados de la RFA, los alcaldes son elegidos directamente por los electores del censo local y no como en el estado federal o en los Länder por elección indirecta. En once de estos Länder los ciudadanos también eligen a los dirigentes de las comarcas, los Landräte o gobernadores de un distrito administrativo, para cuya elección se requiere la mayoría absoluta de los votos y en caso de que ésta no fuese alcanzada por ninguno de los candidatos se realiza una segunda vuelta, produciéndose la elección esta vez por mayoría simple.
En la mayoría de los Länder las elecciones al consejo municipal, comarcal o a otras representaciones de carácter local, están diseñadas de manera que se potencie la capacidad de decisión del ciudadano, es decir, que los electores no están obligados a escoger sus opciones entre listas cerradas, sino que puede acumular sus votos en un candidato determinado y también puede votar a candidatos de listas distintas.
Los miembros de los consejos locales son honoríficos, es decir que, a diferencia de los parlamentarios en la Union Europea, en el Bund o en los Länder, no reciben remuneración por sus actividades, sino sólo dietas en concepto de gastos. Generalmente, ejercen su mandato compatibilizándolo con su profesión habitual. Sin embargo, el que estos cargos sean honoríficos contraviene a la profesionalización de las representaciones populares locales y ayuda a que los representantes no se alejen de los ciudadanos.
Los partidos políticos no tienen el monopolio en el nombramiento de los alcaldes. En muchos municipios pequeños el alcalde no está afiliado a ningún partido, mientras que los que sí lo están se esfuerzan generalmente en mantener cierta distancia con su partido, para mantener su credibilidad de representar a todo su municipio. Esta situación es apreciada por los ciudadanos.
El sufragio personal de los miembros del consejo local pone la elección de los candidatos prácticamente en manos de los ciudadanos. Por eso pesa más el respeto general del que goce un candidato que los méritos que podría haber adquirido en su partido. Los miembros del consejo han de mantenerse próximos a los ciudadanos si quieren ser reelegidos. Es decir, el hecho de tener buenas relaciones en el partido no es suficiente para garantizar su reelección. Comunidades o asociaciones de votantes (independientes de partidos) también tienen buenas oportunidades. No es difícil encontrar en muchos municipios una representación entre el 15% y el 35%
La práctica de cubrir la plantilla de funcionarios comunales con miembros del propio partido ("enchufismo") esta prohibido por la Ley Fundamental y el estatuto funcionarial.
Y digo yo, si ya tenemos algunos espejos en dónde mirarnos (no digamos lo que sucede en el sistema británico o norteamericano), por qué tenemos que ser tan chapuzas. Españoles e italianos estamos a la cola en esto de la calidad democrática (que no en la corrupción urbanística y otras bagatelas). Por algo será.
Suyo, E.
Me apunto el alea jacta est. Reinará en el blog durante mi ausencia. (Por cieto, le leo con el mismo interés, espero, que sus chicos. Un día de éstos me examina y verá).
Portorosa, mil gracias. Otro abrazo para ti.
PD: (Ya vi que me 'cazaste'. No te fíes. Es en parte broma y en parte vieja)
Qué dificil seguirte el ritmo de producción... las elecciones te
tienen muy inspirado.
Es por eso que el tiempo en el que te visito, lo consumo leyéndote gustosa y
no queda nada para escribirte...
Hoy, hago un parón.
Besos y abrazos,
Alba
Voy a seguir aprovechando su espacio cibernético para hacer regeneracionismo político, ahora que todavía estamos en campaña y no quiero que me pille el toro en la jornada de reflexión.
El 86% de los 65 millones de euros que el Estado abonará este año a los partidos políticos será para PSOE, que recibirá 29,6 millones de euros, y Partido Popular, que tendrá una subvención de 26,4 millones de euros. Esta subvención del Estado se distribuye entre las formaciones políticas con representación en el Congreso de acuerdo con los resultados obtenidos en las últimas elecciones a la citada Cámara, según recoge la Ley de Financiación de Partidos.
Tras PSOE (junto a PSC) y PP (con UPN), se sitúa Convergencia i Unió, que recibirá 2 millones de euros, e Izquierda Unida, que ingresará 1,9 millones de euros. Al montante recibido por estas formaciones políticas le siguen, en cantidad, Esquerra Republicana de Catalunya (1,6 millones de euros), el PNV (1,1 millones de euros) e Iniciativa per Cataluña-Verds (526.368 euros).Estos partidos, junto a BNG, Chunta Aragonesista, Eusko Alkartasuna y Nafarroa Bai, se reparten el 13,7 por ciento de la subvención anual del Estado, frente al 86 por ciento que reciben PSOE y PP.
La nueva Ley de Financiación de Partidos, aprobada el 10 de mayo por el pleno del Congreso, supone que el reparto de estas subvenciones se llevará a cabo con modificaciones en el sistema hasta ahora vigente. La ley establece que un tercio de esta partida presupuestaria se distribuye de acuerdo con el número de escaños obtenido por cada partido.
Los dos tercios restantes se reparten proporcionalmente a todos los votos de cada partido, a excepción de los obtenidos en aquellas circunscripciones en las que no hubieran alcanzado el 3 por ciento de los votos (en Alemania no habría lugar), requisito éste que se elimina del texto reformado, cambio que beneficia especialmente a Izquierda Unida. Cosas del pacto para que IU no quede fuera de juego y Llamazares no se quede sin sueldo.
Hasta ahora, ningún Gobierno había reformado la ley que regula el dinero de los partidos sin el consenso de las principales formaciones (ésta no cuenta con el apoyo del PP).
La reforma pactada por el PSOE con sus socios parlamentarios es el sueño del moroso: no prohíbe las condonaciones de créditos por los bancos (algún partido ya tendría que estar fuera de la escena política) y aumenta la subvención por parte del Estado.
Curiosamente, ni el gobierno ni la mayoría parlamentaria (sus socios) han prohibido las donaciones de empresas constructoras y promotoras (si lo han hecho con las aportaciones anónimas)
El pelotazo y la cultura del ladrillo, no atañe sólo a prácticas especulativas con el suelo, sino a la corrupción que se asocia al trueque de licencias por comisiones.
Los bancos podrán seguir perdonando deudas, el Estado dará más subvenciones y el poder corruptor de los intereses en el mercado inmobiliario sigue intacto.
A mí no me vale el argumento de que, como los partidos son imprescindibles para la vida democrática, hay que hacer la vista gorda con sus deslices económicos. ¿Y el ciudadano, qué?. Si no pagas tu hipoteca ni el banco te la perdona ni el Estado te subvenciona el gasto. ¿Tienen, me pregunto,legitimidad los partidos para montarse sus privilegios? Mi respuesta es: no. La sociedad democrática les necesita pero no son una casta de intocables con patente de corso.
Suyo, E.
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