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viernes, enero 18

Alianza cochina

La última misión del embajador Francisco Vázquez y el alcalde de Lalín José Crespo tiene su heroica carga de profundidad: promocionar la Feira do Cocido en el Vaticano y conseguir, en un gesto publicitario sin precedentes, que Benedicto XVI lo deguste. Desde que Ariel Sharon se presentó en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y provocó la segunda intifada en Palestina no se había visto un ejercicio de diplomacia igual. Vázquez y Crespo, en la línea contemporizadora de la Alianza de Civilizaciones, quieren poner al Papa a comer cerdo delante de las cámaras de todo el mundo. Si lo llevan a La Meca a chupar las costillas del cocido y luego en los postres le cocinan el rabo de una vaca en Nueva Delhi y se lo sirven sobre la tumba de Gandhi estaría la noticia a la altura del deslumbrante inicio de la pacífica cumbre de la Alianza en Madrid, con los guardaespaldas españoles y turcos a punto de inaugurar la cita a tiros y bofetadas, en similar secuencia a la representada por los gángsteres de Airbag en aquel aclamado encuentro en el Calderón: la A, la B “y que no te venga la C”.

La pasión por el cerdo (el cerdo comestible, no el cerdo común, habitual de tascas y puticlús) no es nueva, y Vázquez y Crespo la han proclamado a los cuatro vientos como un fastuoso símbolo nacional, que lo es, bastante más sabroso que un himno. La uña, la oreja, el fuciño, las costillas, el lomo, las patas (el jamón, la panceta: ¡y hay gente que prefiere tener perro!). La gula, nos dice didáctico el embajador vaticano (ahora engominado de más, con una sospechosa pescata aznarita en su look), es un pecado capital “pero pequeñito”, que es algo a lo que aún estoy dando vueltas. Eso sí: avisa el coruñés de que si Benedicto XVI se resiste queda la ilusión de los gallegos de que a los despachos papales llegue el “arrecendo do cocido”. Y si no hay manera de que el patrón de la Santa Sede no sucumba a los encantos cochinos siempre se puede echar mano de aquel entrañable aficionado culé que tiró una cabeza de cerdo al césped del Nou Camp: seguro que logra metérsela entre las sábanas.

2 comentarios:

Miranda dijo...

Eres la repanocha.
Ultimamente estás que te sales o te rebosas.
Imponente.

M.

M. dijo...

¿Boto por fóra, que dicen aquí?

Bicos, M. mujer.