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lunes, enero 28

Manhattan Lorca

Con el tiempo incluso memoricé algún poema de Lorca. El de la pena negra, por ejemplo (deja que te lo cante). Su figura sigue ejerciendo una poderosa fascinación porque su muerte representó de alguna forma la derrota de una cierta España, y porque su legado incluía además de su obra monumental una suerte de ángel. Lo que quedó de sus contemporáneos lo corrobora: era un genio de la literatura universal agazapado bajo un chico alegre. La muerte sólo hizo agigantarlo aún más, y desnudar la pútrida mentira que se avecinaba: en su fusilamiento vino a parar el espíritu cicatero, la traición, la envidia, el odio, la intolerancia, la crueldad y finalmente el orgullo de taberna, como aquel que llevó a Dominguín al bar a contar el polvo con Ava Gardner: “Acabamos de matar a Lorca. Le metí dos tiros por el culo, por maricón”. Como ocurrió con Neruda, también de Lorca preferí después la oscuridad y el surrealismo de Nueva York, y su violento topetazo con los negros de Manhattan. Hasta que (casi) dejé de leer poesía y conservé el calor de los versos que aún me acompañan, desprendidos de los poemas, algunos como guías y otros como estigmas. Ayer, en la ciudad en la que Federico García Lorca escribió que la luna quemaba con sus bujías el falo de los caballos, se presentó una edición de su Poeta en Nueva York en Columbia, la Universidad en la que estuvo estudiando. Están los dibujos de Alfredo González y las palabras de Leonard Cohen. Edita Pedro Tabernero, que recordó ayer que Lorca llegó a América “cansado de los gitanos”. Neruda cuenta en sus memorias que, antes de morir, Lorca estaba atormentado por una escena que convirtió en turbio presagio: una piara de cerdos bravos despedazó y comió a un cordero delante de sus ojos. “Bañó con sangre enemiga / su corbata carmesí, / pero eran cuatro puñales / y tuvo que sucumbir”, había escrito años antes.

2 comentarios:

Miranda dijo...

Un beso, M.
Eres cada día más bueno escribiendo.

Impacta, en serio.

M.

M. dijo...

Bicos, Miranda: y muchas (¡muchísimas!) gracias.