Cuando se acercaba Sant Jordi Pasqual Maragall pedía a sus asesores, antes de zambullirse en las casetas de la Feria, que le apuntasen tres libros publicados ese año para sortear las preguntas de los periodistas. Es algo a lo que uno le ha dado siempre muchas vueltas, entre otras cosas porque Maragall es una persona muy leída. Claro que el poder, y el poder asesor también, sorprende con mezclas tan explosivas como ésas. La cuestión quizás no era tanto dárselas de leído, al fin y al cabo Maragall es de familia noble y su abuelo Joan uno de los grandes poetas catalanes de siempre, sino ofrecer una respuesta adecuada. Un hombre de partido no tiene vetada ninguna lectura, pero alguna está menos vetada que otra. Igual le daba a Maragall ese año por engancharse a una novela de César Vidal (si César Vidal leyese todo lo que escribe sería un hombre cultísimo) y dejar a medias un ensayito de Rubert de Ventós. Si cuenta eso en público echa el cierre la programación de TV3 y se disuelve el Barça, como poco. Maragall pidió tres lecturas recomendadas y convenientes, y se las dieron con un pequeño resumen, lo cual viene a sostener esa creencia mía de que el hombre culto se hace sin esfuerzo, otra cosa es ya atormentarse.
La cultura y su perverso poder de seducción. Recordé a Maragall y su estupenda anécdota porque ayer la prensa entró en los despachos de Feijóo y Touriño. Hay un interés periodístico en que la batalla sea entre dos, pero es un interés puramente logístico: las guerras se entienden entre uno y su contrario, y una doble página se divide mejor. Lo paradójico es que el tercero en discordia es precisamente el que más interés despierta. Feijóo no le quiere ir a a la zaga y ayer hizo un esfuerzo conmovedor. Abrió el despacho a los fotógrafos y éstos se encontraron en su mesa un libro: 365 días para ser más culto. «Un completísimo libro que aborda los campos del conocimiento más importantes del saber humano», se dice en la contraportada. «Los lunes: Historia. Los martes: Literatura. Los miércoles: Artes Plásticas. Los jueves: Ciencia. Los viernes: Música. Los sábados: Filosofía. Los domingos: Religión. Una lección al día. 365 lecciones al año». Saber que las vacas tienen todas nombre de mujer puede ser una tarea para los jueves y los sábados, dependiendo del humor del candidato y su áspera concepción de la vida. Pero lo que sí se estaba viendo venir es que el domingo a Núñez Feijóo no le va a quedar otra que encomendarse mucho a Dios.
3 comentarios:
Me temo que en la anécdota de los nombres de mujer de las vacas hemos tenido algo de maliciosos los periodistas, parece ser que no se refería a lo femenino en general de la nomenclatura ganadera si no al hecho de que todas tenían nombres más asociados al género humano pero claro, una situación como ésa no se podía dejar pasar. Nunca pensé que defendería a Feijóo, nunca. Ahora bien, una lección ha aprendido, no dejar que los fotógrafos entren en mi despacho sin que antes un asesor lo revise.
Ya estuve en tu blog. Desde luego, tu trabajo ahora es bastante más interesante (y estresante, a ratos). Por momentos sentí una muy puerca envidia. Enhorabuena!
Antonio Alcántra presidente!
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