"(...) Núñez Feijóo está en su hora decisiva, y apenas se le nota. Sonríe a la cámara y una mujer ha creado un blog en el que le dice que le ama. Otros con eso ya estaríamos retirados de la vida pública, pero el candidato quiere fiesta. Hace cuatro años quiso conquistar el voto joven con una medida sorprendente: invitar a una copa a la chavalada. Esta vez evita los excesos y anda prudente y confiado, aunque en la Comunidad de Madrid le están diseñando una campaña preciosa. La gente ya le llama Alberto, que no tiene el mismo efecto que Felipe, pero ya es un inicio. Pontevedra le dio ayer lustre para un mes, porque la gente iba y venía por los pasillos de la plaza tratando de ponerse de puntillas para cheirar algo de lo que se cocía, tanto era el abarrote. Le pidieron que botase, y botó. Le echaron besos por el aire, y los devolvió. Dijo estar agradecido, a la ‘rosendiana’ manera, y Rajoy lo presentó como el futuro presidente de la Xunta de Galicia, pero bien es verdad que Rajoy presenta siempre así a la gente".
La otra mirada del mitin del PP en Pontevedra, aquí entera.
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