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martes, febrero 17

Tipos con enjundia

En extraño efecto, Quintana ganó un saco de titulares con sus alusiones a los after hours. No hay que dejar pasar la cita porque tiene su enjundia: Quintana, en general, es un tipo con enjundia. Fue el sábado en Pontevedra, en la papadela de Batacos. Se nota, por cierto, que hay crisis: hace dos años en esa comida el BNG juntó a 300 personas (lo que viene siendo una boda) y ahora tuvo allí a 900 en la mesa. Aquello no era el comedor de San Francisco, pero había gusa. Quintana se vio entre chavales y dijo que el sábado 28 había que salir «de carallada» si era menester, pero que el after tenía que ser en las urnas. Los bravos tentáculos de la política pillan lo que ven y huelen el negocio. Pronto en los afters quedarán solo los secretas de la Policía y los secretas del Partido, en apogeo del proselitismo y la delación: será un espectáculo conmovedor.

Ayer vino Zapatero a Coruña. Sus visitas al norte son distintas desde que Vázquez pasea endomingado por el Vaticano. Católico hasta catolicón, y hombre sin tacha y complejos en cuestiones tan poéticas como la patria y su defensa, a Vázquez le buscó Zapatero un juguete en Roma y allá fue el eterno alcalde sin chistar. Hubo sensacional baño de masas para El Presidente y O Presidente, y anduvieron los dos echando sonrisas. A Zapatero, que tiene a sus asesores más conspicuos preocupados por su cabellera (no hubo en democracia moderna un presidente del Gobierno calvo, y no lo va a haber en la Historia, no me pregunten por qué), le están saliendo unas canas divertidísimas desde que el país entró en recesión. Bien cierto es que el poder desgasta y envejece, pero a Zapatero esta legislatura lo va a dejar sentado en un tresillo con pantuflas de cuadros escoceses y una manta sobre las rodillas, rodeado de nietos o de gatos, que cada cual tiene derecho a elegir su último esplendor en la hierba.

Hizo ayer buen tiempo, era domingo y los candidatos vinieron a Sanxenxo a dar mítines. Estuvo Táboas y también Feijóo, sin mezclarse. Si coincidieron paseando por Silgar a la hora del vermú se desconoce. Ustedes saben que Sanxenxo se pone muy bonita los domingos de invierno cuando sale el sol y se llena de carritos de bebé y de parejas apasteladas y alguien, en algún momento, come un gofre. Sabina cantaba por cosas así «yo no quiero un domingo por la tarde» y Vallejo fue más allá: «Hoy es domingo y esto tiene muchos siglos». Se conoce que andaban de buen humor. Lástima que no escribiesen discursos.

3 comentarios:

SPQR dijo...

Mmmmmm!

Miguel Baquero dijo...

¡¡Zapatero calvo!! Eso sí que es una noticia impactante. Nunca ha habido, tienes razón, un presidente calvo en democracia (Calvo Sotelo no vale y además no me acuerdo si era calvo). En USA ha sobrevenido el primer presidente negro, dentro de poco llegará la primera presidenta de Gobierno de España, pero... ¿para cuándo el primer calvo?

M. dijo...

SPQR, hombre, quiere que aceptemos a Calvísimo Sotelo como animal de compañía? Bueno, quizás mi afirmación no es estrictamente cierta, pero tanto usted como Miguel y yo nos sobreentendemos con facilidad, no? :)