Me he trasladado! Redireccionando...

Deberías ser trasladado en unos segundos. De no ser así, visita http://www.manueljabois.com y actualiza tus enlaces, gracias.

miércoles, marzo 11

El Cuestionario Proust

El Cuestionario Proust se llama así porque al parecer el autor francés lo respondió dos veces divinamente, a los trece y a los veinte años. Son catorce preguntas muy manoseadas por los periodistas de las que siempre se han dicho que perfilan muy bien la personalidad (la personalidad del periodista que las ofrece, quiere decirse). Yo he descubierto el test ahora (de ahí mi insolente pureza) y llevo una semana ante el folio en blanco como ante un cadáver, casi incapaz de tocarlo, porque uno a diferencia de Manuel Vicent el pánico le entra cuando no hay nada que decir, no cuando se ha dicho todo (por muy mal que se haya conseguido decir). Pero sí he leído varios para entrar en calor. Hay ocasiones históricas en que uno necesita que le arropen sobre todo si la compañía es grata y depara grandes momentos. Roberto Bolaño, por ejemplo.

¿Cuál es el defecto propio que más detesta?
Yo soy una persona llena de defectos y todos son deplorables.

Lo que más le desagrada es «la mala educación» y sus palabras más usadas «joder» y «coño». Su estado mental más comun se sitúa «en los lindes de la idiotez, como casi todos los seres humanos». Bolaño aspira a morir haciendo el amor, y no es la primera respuesta así. A mi amigo José Antonio Montano le gustaría morir viejo tiroteado por su mejor discípulo tras descubrirlo en la cama con su mujer. De Montano, con el que hallé una fantástica casualidad / causalidad que desvelaré a la prensa cuando haga público mi test, envidio su respuesta sobre quién le gustaría ser: «El hombre en cuyo abrazo desfallecía Beatriz Viterbo». Encuentra uno cálida la mirada de Vargas Llosa a las faltas que son más perdonables: «Aquellas que se cometen por fidelidad a una pasión». A Proust le gustaría ser Plinio el joven y hay algo turbador en su respuesta sobre la cualidad que desearía en un hombre: «Los encantos femeninos». Bolaño miente «cuando hablo de pintura abstracta y cuando hablo de poesía metafísica». Me gusta su ideal de triunfo («que mi hijo me recuerde con cariño»), me disgusta su ideal de felicidad (pasarse el día en los bares de Andalucía conversando, con la de bares que tenía en Galicia) y celebro los héroes literarios que nombra: Julian Sorel, el muchacho arribista y tremendo de Rojo y negro, y el Pijoaparte de Últimas tardes con Teresa.

Uno es de vocaciones tardías, aplazables y desérticas. Llevo una semana agitado tratando de desconocerme al punto de exhibir un Cuestionario Proust tan sincero que me arroje a la caldera del infierno. Tengo ya algunos borradores con respuestas que varían dependiendo de la hora. Uno de mañana es cerebral y desapasionado como un killer y a medida que avanza el día se remueven las pasiones, comúnmente las más bajas. El resultado produce espanto porque a pesar de lo que se diga uno siempre acaba distanciándose de la persona que los demás quieren creer que es. Entre el Jeckyll y el Hyde uno que abominó de Dios siempre halla acomodo en la tiniebla. Pero nada mejorará nunca la primera respuesta del jovencito Marcel Proust:

¿Cuál es, para usted, el colmo de la desdicha?
Estar separado de mamá.

martes, marzo 10

Sepulturero

Antes de las elecciones se preocupó uno en el periódico por saber del negocio de la muerte en tiempos de crisis. Es sabido que el fervor de Wall Street ha provocado paro, bulimia e incluso algún suicidio, pero no ha frenado la mortalidad. Los cadáveres siempre dejan una herencia escandalosa de papeles y gastos que se cumplimentan con diligencia, como si el muerto fuese a abrir un ojo. Quiere decirse que la maquinaria de la muerte es imparable, por más que haya alcaldes que, llenos los cementerios, prohíban morirse en los bandos. Pero uno de los oficios que ni la crisis llena de candidatos es el de sepulturero. Lo ha venido a decir el Inem, la voz más respetable de nuestro tiempo. Hay una conexión invisible entre la proliferación salvaje de poetas y la ausencia de sepultureros, también ha podido decir el Inem, cuando además la poesía nunca ha estado en el papel de los despachos de la Universidad sino en la muerte terrosa de palas y claveles, y en ese luto oficial de familias castigadas que pisan piadosas el musgo. Dijo esto hace tiempo Eliot, tampoco es algo que se invente uno. A la gente le cuesta ya no convivir con los muertos, una tradición poderosa que se ha ido perdiendo por culpa de los vivos, que prefieren hacer películas, sino con todo lo que tenga que ver con ellos. Los cipreses cercados que coronan Charino frente al Principal testimonian el antiguo cementerio de la iglesia vieja de San Bartolomé, y hay historiadores que sitúan en los alrededores de Santa María, hace más de cinco siglos, el cementerio judío. Los camposantos ahora son más un lugar de peregrinación que un decorado urbano. En Boston sin embargo el Old Granary Burying Ground, un cementerio del siglo XVII, es uno de los orgullos turísticos de la ciudad y allí la gente se entretiene fotografiando las viejas lápidas y pisando la tierra que oculta los antiguos huesos. Y en el cementerio judío y cubista de Praga puede encontrarse uno el recuerdo de Franz Kafka, bastante más hermoso y sobrio que la escultura tan punk que lo recuerda. Son cementerios en desuso que no necesitan de sepultureros, que tienen más fácil encontrar trabajo en el desierto de Nevada, aunque no esté reconocido por convenio.

lunes, marzo 9

Ciencia

De todos los estudios científicos, los del sexo han sido siempre los más exigentes. El último tiene un marchamo sensacional: es más difícil que una pareja alcance el orgasmo si tiene los pies fríos. Un anexo inteligente diría que también es complicado si uno de los dos está muerto, pero una amiga suele decir que hay mucho tabú en eso. Woody Allen propuso un tratado que tituló ‘Posiciones sexuales avanzadas: cómo llegar a ellas sin reírse’ y fue solapado por los estudios revolucionarios del profesor Bernardo, que clamó: “¡Yo fui el primero que descubrió que si a un hombre se le esconde el sombrero se vuelve impotente!”. Una prestigiosa revista científica publicó que el 59% de universitarios creía que una felación no era una relación sexual, sino una pandemia. El periodismo acoge estas verdades con euforia porque un Mundial cada cuatro años deja mucho tiempo libre para el patriotismo. Hace poco casi se declara un festivo porque se anunció que los españoles eran los que más duraban en la cama. La famosa media de 13,5 centímetros contuvo la alegría porque ya se sabía entonces el estudio del profesor Bernardo y la reacción agónica de Allen: “Leí una declaración que hizo usted referente a que la longitud media de un pene debe ser de 45 centímetros. No le parece un poco… ¿largo?”.

domingo, marzo 8

Sin gomina

"(...) Cuando era vicepresidente, le ofrecieron un A8 nuevo, pero él se negó a estrenarlo. En un acto, durante el traspaso de poderes, Quintana le preguntó qué coche tenía. Feijóo le aconsejó que fuese a mirar en el garaje de la Xunta: "Hay un A8 sin estrenar que yo nunca acepté". En un segundo encuentro, el del BNG le volvió a preguntar: "Es que no está donde me dijiste". "Pregúntale a Méndez Romeu [conselleiro socialista de Presidencia]; lo está usando él", le contestó Feijóo, dando muestras de que se encontraba más al tanto de las cosas de palacio que el socio nacionalista de Touriño. (...)

Suele decir que sus platos favoritos son "las xoubas [sardinillas] fritas y los huevos fritos", aunque siempre que puede acude al restaurante Estrella, del municipio pontevedrés de Bueu, en el que trabaja su amigo Andrés Pérez, percebeiro de mañana y cocinero por las tardes. "Es de buen diente", asegura Pérez, "suele pedir percebes, centollas, arroz con bogavante, rape y lenguado". En verano, con éste y con otros amigos, Feijóo suele pasar unos días en la isla de Ons. (...)

El de Os Peares sigue haciendo alarde de su origen y llama "señoritos" a sus contrincantes. Nunca se arrepentirá lo suficiente de aquella foto, durante los terribles incendios del verano de 2006, que lo mostraba sosteniendo una manguerita vestido de domingo. Combatir su fama de estirado es tarea difícil. Tras una encuesta entre los alcaldes del PP, concluyó que tenía que cambiar de imagen. En la precampaña, el candidato que de niño se lavaba en una palangana se cortó el pelo y abandonó la gomina para siempre".

Silvia R. Pontevedra firma un perfil estupendo de Feijóo, hoy en El País

viernes, marzo 6

¿Dónde estabas entonces, Superman?

Hace dos semanas, a propósito de Lazkao y Emilio Gutiérrez, ese chico que fue impasible como un cordero a destrozar la casa de ETA, colgué en mi blog el texto implacable de Ernst Jünger que rescató José Antonio Montano. La comparación no es inocente ni justa, ni la reacción de Gutiérrez lo fue, pero alivia el dolor, como William Munny cuando prometió que regresaría para matar a todo el pueblo si alguien volvía a ponerle la mano encima «a alguna puta». El párrafo procede de La emboscadura, y Jünger relata entre aguas oscuras la matanza de seis policías a manos de un joven en el Berlín de 1933, y la posibilidad de que las cosas fueran de otro modo si en cada barrio se diese un caso así: «Los períodos prolongados de calma favorecen ciertas ilusiones ópticas. Una de ellas es la suposición de que la inviolabilidad del domicilio se funda en la Constitución, se encuentra asegurada por ella. En realidad la inviolabilidad del domicilio se basa en el padre de familia que aparece en la puerta de la casa acompañado de sus hijos y empuñando un hacha en la mano». La vida de este chico es el ejemplo sociológico, casi determinista, del segmento que ETA convierte en pretérito con la dulzura paternalista de quien está ungido para conducir al pueblo. Un operario de taller que llevaba cuatro años arreglando la casa para irse a vivir allí con su novia se la encuentra en pedazos por el efecto de una bomba vecina. La culpa la tiene el amor, que es algo tremendo también en Euskadi, y de quien monta pisos cerca de las sedes socialistas, el Ence vasco. Pero la maza está bien escogida. Pudo haber sido una recortada y tener la de Puerto Hurraco, que sería el acabose: la España profunda allí, en el fibroso corazoncito de Guipúzcoa, encarnada en su sangre torera. El desahogo de Emilio Gutiérrez, homeless y amenazado (un partidazo), tuvo más de simbólico que de real: por un día que no se tiren las cañas no se para la vida en un pueblo, aunque habría que ver el pueblo. Y tampoco ETA se vio muy golpeada en su infraestructura: mientras no les aparezca en Francia con la maza igual hasta lo dejan tranquilo. Todo iba bien según lo previsto (el chaval huido, concentraciones de repulsa contra la violencia y banderas a media asta por la luna rota, que Dios la tenga en su gloria) hasta que un locutor de la Cope montó en cólera. De todos los pecados capitales el de la cólera ha sido acogido en el seno de la Cope como si fuese un hijo. Desde luego, debe de ser el segundo pecado capital favorito de César Vidal, que atacó ayer a Emilio Gutiérrez. «Cuando a alguno le volaban los sesos con un tiro en la nuca no fue a destrozar con un mazo una herriko taberna», dijo. No le tembló ni un labio, porque si históricamente alguien se ha cargado herriko tabernas en el País Vasco a la luz del día ha sido él, un tío que ya pueden caer muertos en cualquier parte de España que no levantará la cabeza del plato, pero ay de quien le robe una patata.

jueves, marzo 5

Tamén

A Moragas levouno o PP na campaña polas corredoiras e nunha delas picou unha roda: vaia zarzuela. Superouno, dixo, grazas á calor que recibiu dos “gallegos profundos”. En mala hora. Se hai algo que Galicia non resiste é a profundidade. Nós somos máis de superficie. En Galicia a profundidade vai a xeito co pailán que leva a vaca atada pola corda pero que é, na súa variedade folclórica, un Einstein local que os da capital aplauden. Tamén hai irmáns que se matan por terras, pero aquí e mais en Iowa, dende que o home é home e os pais morren. Moragas ademáis é un relambido, así que estaba servido. Déronlle tantos paus que tivo que aclaralo en clave política, que era ao que andaba polas corredoiras. A min a historia lembroume o chiste dese home que leva a súa filla a coñecer “la Galicia del rural” e pregúntalle a un gandeiro que tal leite lle dan as ovellas. “As brancas ou as negras?”. “Non sei…, as brancas”. “As brancas dan un leite boísimo, estupendo!”. “E as negras entón?”. “As negras…”, primeiro dubidando e despois xa convencido: “as negras tamén”. E así coa la e a carne ata que lle pregunta o home cal é a diferenza entre as ovellas. “Home, é que as brancas son as miñas!”. “E logo as negras?”. “As negras…, as negras tamén!”.

miércoles, marzo 4

"El problema para el señor Touriño no fue que estuviese despilfarrando, sino que se supiese"

"(...) Les han acusado de hacer la campaña más sucia de la democracia. ¿Qué tiene que decir?
Yo le pediría a la oposición que se dedicase a analizar por qué han perdido las elecciones. Creo saber por qué y creo intuir por qué nosotros las ganamos. No ha sido consecuencia de una campaña sucia.
¿Pero fue sucia la campaña?
Lo niego. Puestos a hablar de campañas sucias habría que hablar de las acusaciones de favorecer la abstención porque nos beneficiaba o ciertas vallas que empezaron a aparecer por toda Galicia burlándose directamente de quien fue presidente de la Xunta 16 años.
Ni fue muy limpio Baltar. ¿No fueron ustedes muy tibios cuando rumoreaba sobre la vida privada del candidato del BNG?
A nosotros no nos gustaron algunas cosas que dijo Baltar, y lo explicó perfectamente Feijóo el último día de campaña diciendo que no había estado afortunado y que había cosas que no debía de haber dicho, disculpándose en su nombre.
¿Cómo sienta en el partido que haya medios en Madrid rivalizando para atribuirse la caída de Touriño?
Nosotros respetamos todo lo que digan los medios de comunicación. La salida del Partido Socialista de la Xunta se debe a los resultados, y los resultados se deben a la gente que vota. Los electores se forman su opinión en muchos sitios y bebiendo de muchas fuentes, pero al final lo que vota cada uno lo vota en conciencia.
¿No les han beneficiado las portadas con los gastos de Touriño o los paseos por mar de Quintana?
Por lo que se supo traslució una forma de comportarse. Este Gobierno despilfarró. El problema para el señor Touriño no fue que estuviese despilfarrando, sino que se supiese. Lo que tenía que haber hecho es no despilfarrar, y eso no le hubiese supuesto un coste. El problema no es que se denunciase, porque si nosotros cayésemos en esas prácticas la oposición también tendría que denunciarlo.
¿Qué va a pasar si la prensa pilla a Feijóo compartiendo su tiempo de ocio con un empresario? Porque algún amigo tendrá...
Lo que no va a pasar es sorprender a Feijóo ya no compartiendo su tiempo de ocio, sino en el yate de un señor que pocos meses después se llevó una parte muy importante de una licitación que es todo menos clara.
Si la revisión jurídica del concurso eólico concluye que no hay irregularidades, ¿no quedarán ustedes en una posición delicada?
¡Ah, pues lo veremos! Lo que no vamos a hacer es mentirle a nadie. Si todo está bien nada habrá que cambiar. Si jurídicamente es viable... Ahora, todos los indicios y los muchos recursos que está habiendo, y sobre todo la falta de transparencia a la hora de explicar este caso y otros, lo que indica es que probablemente sí que haya cosas que modificar.
¿En qué coche se va a desplazar el nuevo presidente de la Xunta?
Un Citröen, un coche que se fabrique en Vigo.
No se hacen allí coches de alta gama.
Pero es la marca matriz. Es que además desde que yo estoy con Feijóo, que es desde el año 2006, siempre lo he visto con un coche del Grupo PSA. Y es lo lógico. En eso no va a haber nada nuevo. Con la crisis que está pasando la automoción en Vigo sería ilógico que el presidente de la Xunta, sea quien sea, no esté utilizando un coche de esa marca.
Al tomar el mando en el PPdeG, Feijóo dijo que no traicionaría a Fraga. ¿Derogar el Plan de Normalización Lingüística que Fraga aprobó no es una forma de hacerlo?
Es que ésa es la confusión y hay ciertas cosas que desde el bipartito no se ha querido explicar. Hay un Plan que se hizo con Fraga y que apoyaron todos. El problema es que luego se quiso desarrollar a través de un decreto que regulaba el uso del gallego en la enseñanza, con el que no estamos de acuerdo y por eso lo vamos a derogar. Ya el Consello Consultivo dijo que era ilegal. O sea que Plan de Normalización, sí, y el decreto que lo desarrolla, no. Porque es ilegal y no respeta la libertad de la gente que quiere usar el idioma que crea conveniente (...)"

La entrevista con Alfonso Rueda, secretario general del PPdeG, aquí entera

Te quiero / yo tampoco



Dos siglos después de la toma de la Bastilla Serge Gainsbourg (L´Homme à la Tete de Chou: El Hombre con la Cabeza de Nabo) y Jane Birkin asaltaron la buena sociedad parisina con Je t´aime... moi non plus, una canción sembrada de alcohol, susurros y jadeos que acaba como acabará el mundo: con un orgasmo implacable. Él tenía 41 años y ella 23: fueron censurados por la BBC y el Vaticano, por orden riguroso de importancia. La canción desafió voluntades y agrietó templanzas en parte porque Serge Gainsbourg fue uno de los grandes personajes del siglo pasado, un hombre tórrido y feo que vengó su desolada infancia paseando por su cama a las mujeres más bellas de Francia en un plantel que iba desde Brigitte Bardot a Vanessa Paradis o Isabelle Adjani.

Cuando llegó Jane Birkin a Francia Gainsbourg había dejado a Bardot y ella la reemplazó en la cama y en el estudio: grabaron los dos un disco que transpira sudor y escándalo, y fueron tan felices que se recoge un álbum familiar en el vídeo de Je t´aime conquistando góndolas y palomas mientras se pasea limpio por sus sonrisas enceradas el endiablado marchamo de la provocación. «Yo nunca he dejado de ser un niño tímido y secreto, lo cual implica candor, inocencia, insumisión y salvajismo», dejó dicho Gainsbourg. «Todo el mundo en París recuerda el día en que murió. Fue como un shock porque él siempre estaba allí haciendo una locura. Era un punk, un poeta, parte de nuestras vidas», dijeron a su muerte.

Maldito y misántropo, le presentaron a Whitney Houston en directo en un plató y tuvo a bien saludarla al modo Gainsbourg: «Quiero follar contigo». De su madurez sobrevivió un físico exótico de orejas prominentes y voz agónica que raspaba junto al micrófono, acercándola al oído de las muchachas en flor en un inquieto jadeo que devenía en strip tease. Pasados los setenta sobrevino su ajustada decadencia, su esplendor de final de era entre el tintineo de los hielos en el vaso y las noches inabarcables con la barba a medio afeitar.

Je t´aime instauró un nuevo régimen en Francia sólo un año después de Mayo del 68. Aquella electricidad pasó por los suelos empedrados bajo los que se ocultaba la playa y su imagen icónica representaba una lujuria elegante de la que nadie se resistía a abominar. Apestados y felices en el juego mordaz de la bella y la bestia, Gainsbourg le quitó leyenda a la canción asegurando que no habían llegado a hacer el amor en el estudio: «Si lo hubiéramos hecho no habría salido un single de cuatro minutos, sino todo un elepé».

martes, marzo 3

Todos la llaman Chinny

1) Como se esperaba, Galicia profundizó en el cambio y rompió amarras con el pasado al votar al candidato más alejado del fraguismo.

2) En los diarios nacionales se ha sucedido un estudio psicológico laudatorio que viene a resumirse en el lanzado en ABC por Hermann Terstch: «Los gallegos tienen mucho sentido de la responsabilidad, es una tierra de experiencias muy duras y las tonterías sólo las aceptan hasta cierto punto». ¿Con cuántos gallegos se anda acostando esta gente?

3) No sólo hubo excesos en Madrid. Suso de Toro le puso un punto de pasión a su análisis en El País: «Se puede decir que una cabecera gallega y otra madrileña condujeron la campaña electoral hasta este resultado». Suso de Toro tiene una consideración altísima del carácter de esta patria suya.

4) Antón Losada fue más pragmático en El Periódico: «Ha perdido la política». Claro que sí. Y el Barça.

5) En Galicia hoy hay menos Anxos Quintanas que ayer y seguramente más que mañana. El sentido de responsabilidad, que diría el otro.

6) UPyD no es la cuarta fuerza política: fue superada por el voto en blanco. Más escandaloso que la gente de izquierdas se quede en casa desencantada es que se haya molestado en ir hasta las urnas a votarle en las narices al bipartito.

7) Touriño parecía aliviado al presentar su dimisión: no es cómodo hablar todo el día en un idioma por obligación institucional inducida.

8) ¿Por los resultados en Ourense habría que deducir que el conselleiro aludido por Baltar es «maricón» o en eso el votante no andaba pensando?

9) El cambio hay que interpretarlo en clave de chasis: de Obama a Sor Citröen.

10) Carmen Gámir trabaja en La Región como corresponsal en Madrid y pidió una excedencia para seguir la campaña de su novio. Todos la llaman Chinny, y ése sería el título de una gran película. Preguntado por su política para fomentar la natalidad, Feijóo dijo que en la próxima legislatura «espero que pasen cosas importantes en mi vida personal». El bipartito hizo aguas y el PP las va a romper.

11) En esta hora de luto, recordemos el vibrante recuerdo que hizo ayer Loles León de Pepe Rubianes en su entierro: «Lo que más le gustaba era joder con una mulata».

lunes, marzo 2

Reflexión

Una campaña termina de cobrar sentido su sábado, día de reflexión, como un círculo que se cierra en ejecución perfecta. Uno se imagina al electorado cavilando y si no llega a decidir el voto al menos puede dejar a la familia, cambiarse de sexo o hacerse del Barça, que de todo hay en la vida. Touriño salió a dar un paseo por el monte con su mujer. Llegó hasta la prensa a bufidos y dijo algo escandaloso: “Estou convencido de que mañá Galicia vai decidir o seu futuro”. Touriño es un señor que está convencido de muchas cosas y la convicción es un arte que suele degenerar en onanismo, pero allá Touriño y allá Galicia. Por lo menos Quintana tiró de gemelos, que cumplieron tres años. Se le fotografió brindando con una copa de albariño. El periodismo, sagaz, fotografía siempre el primer brindis, pero nunca el último. Es lástima, porque gráficamente la cosa funcionaría mejor. Feijóo apareció corriendo por Castrelos, que falta hacía ver gente por Castrelos sin papelinas en el bolsillo. Dijo que había perdido un par de kilos en la campaña y como quiera que tardó media hora y la prensa hizo aspavientos, comentó entre risas: “Dentro de una semana me vais a respetar más”. Se le rió la gracia, no vaya a ser el cuento. El día de reflexión anda uno siempre con mucho cuidado, pero el lunes es otra cosa. Mi abuelo en las reuniones familiares levanta la copa de albariño y dice: “Para beber hai xente, o carallo é para sulfatar”.

domingo, marzo 1

Un home é un home

A mi «maricón» siempre me ha parecido una palabra espléndida. Resulta fonéticamente, tiene enganche y debería ser más usada. Hasta donde yo sé, y empiezo a saber demasiado, sería una palabra casi muerta si no fuese por los gays (por los maricones, o sea, pero la corrección le tiene a uno cohibido). No funciona mal, además, «maricón» como insulto: siempre tuvo éxito porque además insulta, de paso, a quien lo pronuncia. «Maricón de España», cantaba Millán Salcedo. «Mariconsón», bramó un día al teléfono Fidel Castro. «Guti es maricón», canta la afición. «Aquí son todos maricones, por eso me quieren con locura», dijo Leopoldo María Panero de sus compañeros de psiquiátrico. A estas alturas supone uno que a Baltar le dará igual, pues todo lo ha podido y todo le ha sido perdonado. Llamarle «maricón» a un rival debería estar matizado por algo casi insólito: ¿es que lo es o ha dado prueba manifiesta de serlo? Baltar usa «maricón» no como arma ofensiva sino defensiva, como podría haberle llamado «papán» o «subnormal», que supone algo también políticamente tremendo. «Maricón» es un insulto muy interiorizado por mucha gente. Uno lo usa mucho pero con puntería: cuando alguien se echa colonia, o se ducha en agua caliente, o no le gusta el fútbol. Baltar lo utiliza a discreción. Pasó Feijóo por el salón con el plumero y la escoba, y aludió al factor humano: «Cuando estas personas sufren insidias, reaccionan más como personas que como políticos»·. La versión de Feijóo la resumió hace años un amigo del que yo sospechaba que se quería acostar con una chica que estaba conmigo. «Antes que home son amigho», dijo. Se la acabó llevando y al día siguiente se excusó por teléfono: «Un home é un home». Baltar es un hombre, nos quiso decir Feijóo. Ya lo sabe el PSOE, que a falta de otra cosa se dedicó ayer a enviar sms avisando: «Si tú no vas el PP vuelve, no te confíes, pásalo». Digo yo que será el PSOE porque lo dice el remitente y se lee PUBLI al principio. Que tampoco entiende uno por qué no pusieron PUBLI en todos los comunicados que llevan en campaña, pero bueno. Verse así asaltado en la intimidad asusta, así que más de uno en lugar de abstenerse irá a votar, como pide el PSOE, pero vaya usted a saber lo qué. Por si es al PP, Feijóo acaba de decir que cuando llegue a la Xunta usará un Citröen. Si hay presupuesto igual hasta le quitan los pedales y le ponen motor. Y como Dios a 60 por la A-9, pitando a los que nos adelantan y sacando la cabeza por la ventanilla: «¡Hale, hale, que es gerundio!».

viernes, febrero 27

¿Es un pájaro? ¿Es un avión?

"(...) La cosa iba de verdades, un bien escandaloso en campaña, y Touriño no iba a ser menos. El candidato nunca fue tan pontevedrés como ayer: Teucro a su lado parecía un vecino de Poio. Donde Quintana hace una semana citó a Castelao él citó a Rilke. Y alabando a su ciudad de los juegos infantiles, ensombreció la mirada y apuntó con el dedo al horizonte, que mismo parecía estar apuntando a Miami, y dijo en touriñés: «Hai quen di que Pontevedra é unha cidade de dereitas, e hai que dicirlles que é unha gran verdá». Tardó unas décimas en rectificar, pero qué décimas. El tiempo se expandió de tal forma que se empezó a corear a Hawkings. Luego repitió la frase ya en su redondez, acicalando la expresión, y dejó pasar unos segundos para quitarse la americana, pues estaba sofocado, y fue peor: hubo ovación Full Monty.

Se expuso entonces Touriño a algo siniestro: los ‘camachos’, que es como se conoce en el Reino Unido al cerquillo de sudor, tan humano, que le sale a uno en el sobaco. «Peligro en La Condomina», se decían los asesores por el pinganillo. Pero Touriño ya estaba a otra cosa. Se puso el traje de O Presidente, que es mucho traje de Dios, y avisó a la fraguiana manera: «Que ninguén quede na casa». Recordó su barrio, y alguien de allí lo saludó y Touriño, que andaba metido en el discurso, le contestó muy personalmente: «¡Gracias A Eiriña!». La fiesta fue plena y el público lanzó fervorosos «Touriño presidente» que hizo del escenario una caldera. Todo muy pontevedrés, además, porque el candidato lo quiso así: «Esto non é a finca de fin de semana de Rajoy. Aquí non basta con vir aos touros e ao Liceo a fumar un puro» (...)".

La otra mirada del mitin del PSOE en Pontevedra, aquí entera

Lazkao

"(...) Vamos a suponer que en una ciudad, en un Estado, sigue viviendo un cierto número, por pequeño que sea, de hombres realmente libres. Si eso ocurriera, la violación de la Constitución iría acompañada de un gran riesgo. En este sentido cabría apoyar la teoría de la culpabilidad colectiva: la posibilidad de conculcar los derechos está en relación directamente proporcional a la libertad con que tropieza. En la antigua Islandia, por ejemplo, hubiera sido imposible un ataque a la inviolabilidad y aun santidad del domicilio en las formas en que ocurrió, como mera medida administrativa, en el Berlín de 1933, en medio de una población de millones de almas. Merece ser citado, como excepción honrosa, el caso de un joven socialdemócrata que en el pasillo de su apartamento abatió a tiros a media docena de los denominados 'policías auxiliares'. Aquel hombre continuaba siendo partícipe de la libertad sustancial, de la antigua libertad germánica que sus adversarios ensalzaban en teoría. Naturalmente, el mencionado joven no habría aprendido eso en el programa de su partido. En todo caso no era de aquéllos de quienes dice Léon Bloy que salen corriendo en busca del abogado mientras su madre está siendo violada..En el supuesto de que hubiera sido posible contar en cada una de las calles de Berlín con uno de esos casos, con uno solo, de otra manera habrían ido las cosas. Los períodos prolongados de calma favorecen ciertas ilusiones ópticas. Una de ellas es la suposición de que la inviolabilidad del domicilio se funda en la Constitución, se encuentra asegurada por ella. En realidad la inviolabilidad del domicilio se basa en el padre de familia que aparece en la puerta de la casa acompañado de sus hijos y empuñando un hacha en la mano (...)".

Ernst Jünger, citado estupendamente por José Antonio Montano

El factor humano

Hay dos axiomas en una campaña electoral: explicar el programa es un coñazo salvo que uno prometa cosas muy concretas, como los dineros de Zapatero por hijo e IRPF, y la vida privada de un candidato es un poco la vida privada de sus votantes. Salvados, el programa de La Sexta, mostró hace una semana a Touriño y Feijóo en un cara a cara sin mirarse. A la pregunta de la mujer de su infancia, Touriño contestó Natalie Wood y Feijóo Carolina de Mónaco. Las respuestas definen un país. Natalie Wood es la asimilada de Centauros del desierto y la muchacha en flor del tiempo perdido y el resplandor en la hierba. Carolina de Mónaco es Grace Kelly, Philippe Junot y el Baile de la Rosa. Yo, y por mi boca habla el pueblo, estoy con la princesa. Esto es algo así como cuando a Zapatero y a Rajoy le preguntaron qué periódicos leían. «El País», dijo sin pensarlo Zapatero. «Marca», dijo Rajoy. España lee Marca, se pongan como se pongan los gafapasta de RockdeLuxe y los del estadio superior de Le Monde Diplomatique. Y el español quiso tirarse toda su vida a Carolina de Mónaco (epítome de sueca de Torremolinos enamorada de Stefano Casiraghi hasta el día en que le chimpó una ola) y ahora anda detrás de las bragas de su hija. El PP siempre ha entendido España mejor que nadie aunque al PSOE hay que reconocerle en su felipismo el viejo mérito de llevar allá donde ha podido el vicio patrio de meter la mano en la caja. La cosa es acercarse al pueblo, aunque sea tan cicateramente como para hablar de las virtudes del contrario: «A veces es una persona educada», dice Feijóo de Touriño. «Seguro que tiene algunas virtudes, pero las oculta muy bien», responde Touriño. En un cuestionario de Europa Press también habla Quintana. No se acuerda de la última vez que fue al cine. Se enamoró por primera vez a los 12 años. Y para perderse elige Portugal, que debe ser lo más exótico a donde puede llegar alguien que confesó hace cuatro años: «Hoxe si que fomos lonxe, até A Coruña». Los tres, en ese cuestionario, dicen no haber fumado nunca un porro: eran ellos. Touriño dice que la última vez que subió a un bus fue en Canarias, no aclara si para conducirlo. Si Feijóo no se dedicase a la política montaría un café en el que habría tertulias («La feminidad de las vacas, los estetas de San Petersburgo y otros diluvios cósmicos»). No se les habla de sexo, y es lástima: hace dos años le preguntó Diario de Pontevedra a un candidato a la Alcaldía de Sanxenxo por el mejor momento para hacerlo y contestó, impávido: «Cuando es consentido».

jueves, febrero 26

365 días para ser (¡aún!) más culto

Cuando se acercaba Sant Jordi Pasqual Maragall pedía a sus asesores, antes de zambullirse en las casetas de la Feria, que le apuntasen tres libros publicados ese año para sortear las preguntas de los periodistas. Es algo a lo que uno le ha dado siempre muchas vueltas, entre otras cosas porque Maragall es una persona muy leída. Claro que el poder, y el poder asesor también, sorprende con mezclas tan explosivas como ésas. La cuestión quizás no era tanto dárselas de leído, al fin y al cabo Maragall es de familia noble y su abuelo Joan uno de los grandes poetas catalanes de siempre, sino ofrecer una respuesta adecuada. Un hombre de partido no tiene vetada ninguna lectura, pero alguna está menos vetada que otra. Igual le daba a Maragall ese año por engancharse a una novela de César Vidal (si César Vidal leyese todo lo que escribe sería un hombre cultísimo) y dejar a medias un ensayito de Rubert de Ventós. Si cuenta eso en público echa el cierre la programación de TV3 y se disuelve el Barça, como poco. Maragall pidió tres lecturas recomendadas y convenientes, y se las dieron con un pequeño resumen, lo cual viene a sostener esa creencia mía de que el hombre culto se hace sin esfuerzo, otra cosa es ya atormentarse.

La cultura y su perverso poder de seducción. Recordé a Maragall y su estupenda anécdota porque ayer la prensa entró en los despachos de Feijóo y Touriño. Hay un interés periodístico en que la batalla sea entre dos, pero es un interés puramente logístico: las guerras se entienden entre uno y su contrario, y una doble página se divide mejor. Lo paradójico es que el tercero en discordia es precisamente el que más interés despierta. Feijóo no le quiere ir a a la zaga y ayer hizo un esfuerzo conmovedor. Abrió el despacho a los fotógrafos y éstos se encontraron en su mesa un libro: 365 días para ser más culto. «Un completísimo libro que aborda los campos del conocimiento más importantes del saber humano», se dice en la contraportada. «Los lunes: Historia. Los martes: Literatura. Los miércoles: Artes Plásticas. Los jueves: Ciencia. Los viernes: Música. Los sábados: Filosofía. Los domingos: Religión. Una lección al día. 365 lecciones al año». Saber que las vacas tienen todas nombre de mujer puede ser una tarea para los jueves y los sábados, dependiendo del humor del candidato y su áspera concepción de la vida. Pero lo que sí se estaba viendo venir es que el domingo a Núñez Feijóo no le va a quedar otra que encomendarse mucho a Dios.

miércoles, febrero 25

Una paliza para los restos

Al entrar en un centro de rehabilitación de Cee a Touriño le preguntó un joven por su equipo. «Yo soy del Madrid», contestó el candidato. Unos segundos después hacía desplomar el bipartito: «Pero cuando presenté mi candidatura, me pasé al Barça porque es mejor equipo». No sé si lo dijo con una sonrisa o con un corte de manga. Igual lo dijo al modo trascendental, como revelando la verdad inmutable y el eje epidural sobre el que va rolando su sosa, casi boba campaña. Pero la cuestión es que lo dijo y ni siquiera se quedó a rehabilitación. La vida está sujeta a cambios y algunos de ellos de la peor calaña, pero nada más contrario a la naturaleza que cambiar de equipo de fútbol. Se han conocido cambios de ideología y de sexo (muchos de éstos cuando ya era demasiado tarde), pero el transfuguismo en la cosa del fútbol ha sido siempre no traición mayor, sino palmario manifiesto de quien no sabe ni pretende. Que además Touriño lo haya justificado aludiendo al «mejor» pone el empeño en su soberano ejercicio del socialismo de la igualdad real y su firmeza, escandalosa, al timón.

En el PP estas cosas no pasan porque desde hace tiempo que Mariano Rajoy no pasea por la Alameda en pantalón corto de la mano de mamá. Entonces era un niño: tenía veintipocos. Los años le han ido dejando costuras de guerrero callejero y el lenguaje le está pillando un hervor interesante que habrá que tener en cuenta para el futuro, porque con alguien así en La Moncloa se va uno tan tranquilo para cama que si llaman a las seis de la mañana no se sabe si es el lechero o la mara salvatrucha. Dijo en Redondela, tierra de fama, que el PP le va a dar a PSOE y BNG "una paliza de la que se van a acordar el resto de sus días". No enseñó los anillazos gordos de oro por el qué dirán, pero el público sabía que los llevaba puestos y no era cosa ni de preguntarlo ni de acercarse.

Quintana también hizo campaña: en la Torre de Hércules. Un periódico digital que yo creía fundado por Ansón (los periódicos en general los funda Ansón, luego caminan por ahí como pollos sin cabeza) lo retrató con Jacinto Rey en el yate del empresario pontevedrés. La foto es un primor: sale el líder nacionalista como echado en cubierta empapado en dolce far niente. Claro que lo mismo es de 1997, pero quizás para eso el periódico es digital y para eso yo también había creído que lo fundó Anson. La cosa era dejar constancia de que el nacionalismo se sube a los yates de Sanxenxo, como si Jacinto Rey fuese del PP de toda la vida o Quintana, por ser quien es, tuviera que relajarse en patera.

martes, febrero 24

Nadie sabe lo buenos que somos

Cuando Aznar, hizo fama una autocrítica muy peculiar entre los periodistas adictos y los gerifaltes que pisaran años antes las piedras del Escorial. «No supimos vender nuestro éxito», musitaban por los rincones, guiñándose entre ellos el ojo y partiéndose las costillas a codazos: «Qué autocríticos somos». Probablemente la fórmula sea más antigua pero en aquellos exangües tiempos arrasó. El Gobierno Aznar bajaba la cabeza y se fustigaba la espalda con las correas prestadas por algún legionario de Cristo diciendo que no habían sabido vender su éxito, que es como si uno les cuenta a ustedes que escribe grandiosamente pero que no se lo acaba de contar muy bien al pueblo, y entonces hay gente que no se entera de nada.

Años después, en las últimas municipales, este periodista entrevistó a Miguel Anxo Fernández Lores. En un aparte, ya fuera de plano, Lores bajó la voz e hizo una feroz autocrítica: «Aquí moita xente parece que non sabe todo o que fixemos nós nestes anos. Hai xente que agora ten vinte anos e que tiña doce cando nós chegamos. O que nos falta é explicar ben como estaba Pontevedra e como está agora, e todo o que fixemos pola cidade». El argumento tenía defensa porque el BNG a Pontevedra le dio la vuelta como a un calcetín y la convirtió en otra cosa. Que eso pasase inadvertido para los ciudadanos hubiera sido válido si cuatro años antes el BNG no lograse, por primera vez en la historia, la victoria ante el PP. O sea que Pontevedra sabía muy bien lo que el BNG había hecho por ella. Pero ahora las encuestas dejaban maltrechos a los nacionalistas, y la culpa ya era de la poca propaganda o de los niños, que habían crecido sin perspicacia.

Ayer fue el día elegido por Touriño para hacer autocrítica. Las encuestas dejan como estaba al PSOE y algunas incluso ponen en el alambre la mayoría con el BNG. Pudo haber hablado Touriño de muchas cosas. Pero dijo que se hizo mucha política ilustrada y no se estuvo demasiado en la calle. «Tal vez la gestión nos absorbió demasiado», comentó. «Los grandes cambios y transformaciones necesitan un periodo de asimilación para la sociedad y hay que trabajar para explicar el cambio histórico realizado», dijo. «Pudimos debatir con más sectores, hacer más trabajo de explicación», aseguró. Cuando el poder hace este tipo de autocrítica dirigida a su poca expansión teórica, y es una autocrítica que viene haciendo además con cierta generosidad, lo que realmente quiere decir es algo muy sencillo: «La gente es gilipollas».

lunes, febrero 23

Naufraxio

Wallace H. Hartley, Roger Bricoux, Fred Clarke, P.C. Taylor, G. Krins, Theodore Brailey, Jock Hume e J.W. Woodward formaron a orquestra do Titanic. Na noite do 14 de abril de 1912, co barco indo cara a morte, puxéronse no salón da primeira clase para que os pasaxeiros non perdesen a calma. Cando a traxedia xa non tiña volta atrás, entre as carreiras duns e doutros, cos botes cheos de xente na procura da resurrección, os músicos puxéronse na popa e seguiron interpretando as súas pezas no medio daquel baile de terror. Tocaron ata morrer: ninguén deles sobreviviu. Testemuñas dixeron que a última peza foi unha traducida como Máis preto, Deus, de ti. Hoxe en día fálase de actuar como a orquestra o Titanic a quen mira a outro lado ou segue a súa vida como se nada pasase cando algo de ti se derruba. Pero o Titanic non tiña salvación e a música da súa orquestra representaba o último deber feito e unha certa diabólica expresión de beleza, como pecharlle os ollos a un morto. Chega un momento do naufraxio no que o home debe asumir con dignidade o seu destino e marchar coa grandeza das insólitas ocasións. Como aquel de Absalón, Absalón!: "Vai ser quizais que nos mataron; pero aínda non acabaron connosco, va que non?".

sábado, febrero 21

Las siete ubres gallegas

Es lugar común que Miguel Anxo Fernández Lores es el único alcalde nacionalista de la siete urbes gallegas. Todavía nadie que se sepa ha cometido esa errata maravillosa de las siete ubres cuando el destino lo está poniendo tan fácil. Hay erratas que deberían estar exigidas por ley. Una vez alguien, a propósito de aquel conselleiro de Sanidade, tituló: «El Cochón se reúne hoy en Pontevedra». El periódico sin erratas es como un animal dormido.

Lores está haciendo la campaña sobre un bastón y ayer, en Marín, apareció Méndez Ferrín, que se deja las lesiones en casa. Ferrín es candidato a la Presidencia de la Xunta y al Nobel de Literatura. A la primera se postula y al segundo anda sonando. Hace poco recibió el homenaje unánime de la cultura gallega y ayer recibió el calor de 50 compañeros del Frente Popular Galego. Las proporciones se lo ponen fácil a Ferrín, que no desiste y a ratos hasta se entrega. Dijo varias cosas, entre ellas por qué los marineros embarcados y los emigrantes gallegos que se ganan la vida en el País Vasco y Cataluña no pueden votar, y sí los tataranietos cubanos o hasta «Facundo IV de Venezuela». Pidió entonces, porque el razonamiento se lo pedía a gritos, que votase Fidel Castro, ilustre vecino de Láncara. Pero Ferrín sabe tan bien como yo que de votar Fidel votaría a Fraga, y Fraga aún es viejo para presentarse.

Hace años, en un mitin, José Crespo anunció un censo de vacas en Lalín. El compromiso del PP con las vacas es ilusionante. En las últimas elecciones generales Alberto Núñez Feijóo lanzó un mensaje apocalíptico: «La vaca es un animal interesante». La frase inauguró un tiempo. Ayer Feijóo, consciente de la gravedad del destino, dio un paso más allá. En la visita a una explotación ganadera de Rois le preguntó al dueño de la granja por qué todas las vacas tenían nombre de mujer. No era un chiste. Era una duda alimentada con el paso de los años que probablemente no le dejó dormir durante noches y decidió desempolvarla allí, en el campo, a tumba abierta. El ganadero fue implacable: «Non lles vou chamar Xulián». Feijóo siempre ha presumido de estar arraigado al rural y públicamente ha dicho que su primer amor era una niña lechera con la que recorría la aldea para hacer el reparto. En su momento dijo uno que ya sabíamos que cuando la gente corría delante de las lecheras Feijóo coría detrás, pero una vez visto el panorama vaya usted a saber si la leche la ordeñaba de las ubres del buey o la lechera directamente se llamaba Xulián.

jueves, febrero 19

Los mal vestidos

En Allariz gestó Quintana su leyenda magnífica de alcalde. Es sabido, porque lo contó, que nada más ganar subió con sus concejales a un monte cercano y les señaló la Tierra Prometida y todo lo que habían de hacer para cambiarla. La foto tuvo que ser extraordinaria, pero nadie la tomó. Esa concepción apostólica de la política le dio a Quintana crédito en el BNG, no en vano era el único hueso que mordisqueaban, y levantó a Beiras del piano blanco con el que posaba el día de reflexión en Brión infladas las cortinas por el viento. Allariz es desde entonces la reserva moral de la izquierda nacionalista, la Moncada pero triunfante de la Revolución.

En Allariz estuvo estos días José Luis Baltar, el hombre que en las romerías de Fraga tocaba el trombón. De Baltar no hay una sola campaña en las que uno no cuente cómo pateaba por las aldeas agitando un recorte del periódico que le acusaba de haber enchufado en su Deputación a un millón de personas, y gritaba: «Mirade como eu me preocupo polos meus!». En su acto electoral aún superó aquella estratosférica leyenda. Aprovechó Allariz para lanzar el mensaje electoral del día: los nacionalistas son «vendidos, sectarios, jíbaros, caciques y mal vestidos». Baltar es uno de esos políticos a los que, como Fraga, el periodismo echará de menos. De hecho, al periodismo no lo matará internet, como se insinúa, sino la caída de sus fetiches.

El textil del nacionalismo no gusta a Baltar, que no tiene templado el discurso. Hace muchos años, tantos como nueve, Francisco Cacharro le concedió a este periodista una entrevista para El Progreso. Fue por telefonillo desde su piso de veraneo en A Toxa. Entrevista seria, quiere decirse, sobre un tema de actualidad, no como las que se suelen hacer por telefonillo en los programas del corazón del tipo «¿pero sales con él sí o no?». No: allí estábamos Cacharro y yo hablando de la batalla de poder en el PP en Lugo. Alguien pasó por allí, escuchó un minuto el discurso y me dijo: «¿Prefiere que le abra yo?».

A Rajoy podrían darle ellos mucha grima y lo que se quiera, que por algo pasó un congreso del PP en el gallinero, pero esas historias es conveniente recordarlas porque de eso vamos viviendo los periodistas. Hoy pocos llaman «jíbaros y mal vestidos» a nadie y si le vas con la grabadora a alguien que está de veraneo lo mismo te ponen un té y unas pastas y sacan a la mujer al balcón para que no moleste. No tanto por cortesía como por pudor, que es el material del que se está haciendo, será por moda, la política.

miércoles, febrero 18

La campaña entrevistada

Hay que prestar atención a la extraña metodología de los paseos electorales (el contacto con el ciudadano, los problemas reales de la gente, la fiesta de la democracia, el ‘fraguiano’ y nunca bien ponderado puerta a puerta que con tanto éxtasis defendió el sábado Iria Aboi, en plan Don Manuela) para comprender la rugosidad del alma de la democracia callejera.

Sobre la democracia, muy lejos de Galicia, casi tan lejos como Cuba, habló ayer Cayo Lara en El País. Izquierda Unida es hoy en Galicia un tentempié. Bien mirado, es algo escandaloso, pero ya hay poco que hacerle. Lara hace campaña a su modo defendiendo la dictadura cubana, aunque la palabra no la dijo por pudor. El entrevistador no se anduvo por las ramas y le preguntó si el progreso en Cuba pasaba por elecciones. La respuesta de Cayo Lara fue espectacular: «Ellos tienen elecciones, sólo que con partido único». Yo estas cosas las despacho plagiando a un amigo: llevo asediando esa frase desde todos los ángulos posibles y mi conclusión es que sólo la ha podido decir un tonto perfecto.

Hay quien prefiere hacer campaña así y hay quien decide, de pronto, bajarse del coche oficial y ponerse a andar. Así Touriño, que tuvo ayer de rodillas a la prensa en la Herrería. No hay metáfora: tantos éramos allí que algunos, los de delante, optaron por la genuflexión. Hablando de la genuflexión y sin que venga mucho a cuento, en una entrevista al doctor Pedro Guillén en las páginas de Marca del domingo se declaró experto de la ‘genufonía’, algo así como cuando la rodilla te habla. No hablaron las rodillas en la comitiva socialista, pero uno está a todo y detectó candela: «Está muy bien, Caride, muy bien». También sus rodillas, o sea.

Guapos en realidad venimos siendo todos. Xulio Barreiro, por ejemplo, del BNG de Poio, contó en una entrevista al Diario su éxito: «Podo pasar un día enteiro sen comer e sen pensar na comida». Uno puede pasarse un día entero sin comer por muchas razones, pero ya no pensar en la comida es vicio. Y tampoco es que Barreiro tenga una cara afilada y una tableta por ahí abajo, o no parece, vamos, que tampoco es que tenga uno mucho interés en saberlo.

La última la dijo Fraga ayer en otra entrevista, ésta en El País. Dos momentos sublimes: «La política es complicada aunque a mí no me asusta, mientras seamos los más serios quienes digamos la última palabra» y sobre Pablo Crespo, el ex número tres detenido en el ‘cocidogate’ madrileño: «Tuvo más relación con el señor Cuiña, que en paz descanse». Cuando se pone torero Fraga es invencible.

martes, febrero 17

Tipos con enjundia

En extraño efecto, Quintana ganó un saco de titulares con sus alusiones a los after hours. No hay que dejar pasar la cita porque tiene su enjundia: Quintana, en general, es un tipo con enjundia. Fue el sábado en Pontevedra, en la papadela de Batacos. Se nota, por cierto, que hay crisis: hace dos años en esa comida el BNG juntó a 300 personas (lo que viene siendo una boda) y ahora tuvo allí a 900 en la mesa. Aquello no era el comedor de San Francisco, pero había gusa. Quintana se vio entre chavales y dijo que el sábado 28 había que salir «de carallada» si era menester, pero que el after tenía que ser en las urnas. Los bravos tentáculos de la política pillan lo que ven y huelen el negocio. Pronto en los afters quedarán solo los secretas de la Policía y los secretas del Partido, en apogeo del proselitismo y la delación: será un espectáculo conmovedor.

Ayer vino Zapatero a Coruña. Sus visitas al norte son distintas desde que Vázquez pasea endomingado por el Vaticano. Católico hasta catolicón, y hombre sin tacha y complejos en cuestiones tan poéticas como la patria y su defensa, a Vázquez le buscó Zapatero un juguete en Roma y allá fue el eterno alcalde sin chistar. Hubo sensacional baño de masas para El Presidente y O Presidente, y anduvieron los dos echando sonrisas. A Zapatero, que tiene a sus asesores más conspicuos preocupados por su cabellera (no hubo en democracia moderna un presidente del Gobierno calvo, y no lo va a haber en la Historia, no me pregunten por qué), le están saliendo unas canas divertidísimas desde que el país entró en recesión. Bien cierto es que el poder desgasta y envejece, pero a Zapatero esta legislatura lo va a dejar sentado en un tresillo con pantuflas de cuadros escoceses y una manta sobre las rodillas, rodeado de nietos o de gatos, que cada cual tiene derecho a elegir su último esplendor en la hierba.

Hizo ayer buen tiempo, era domingo y los candidatos vinieron a Sanxenxo a dar mítines. Estuvo Táboas y también Feijóo, sin mezclarse. Si coincidieron paseando por Silgar a la hora del vermú se desconoce. Ustedes saben que Sanxenxo se pone muy bonita los domingos de invierno cuando sale el sol y se llena de carritos de bebé y de parejas apasteladas y alguien, en algún momento, come un gofre. Sabina cantaba por cosas así «yo no quiero un domingo por la tarde» y Vallejo fue más allá: «Hoy es domingo y esto tiene muchos siglos». Se conoce que andaban de buen humor. Lástima que no escribiesen discursos.

A estación violenta (IV)

"Hai xa tempo que un xornalista chamado Manuel Jabois pasa por esta casa. Pouco sei del. Ademais de que el mesmo ten un blog, e de que por un par de fotografías apostaría a que está supercachondo, pouco máis. Pero collinlle bastante cariño. Por iso cando aí atrás atopei un libro publicado por el nunha editorial das pléades, animeime a compralo. Malia o cachondo que está e o cariño que lle teño, non podo dicir que A estación violenta me gustase moito (...)"

Cesare, sobre A estación violenta

lunes, febrero 16

El curioso caso de Fraga Iribarne

En el mitin del PP de ayer sucedió algo tremendo. Salió Manuel Fraga al escenario acompañado por Alfonso Rueda y Telmo Martín, y lo dejaron allí solo con el bastón. La cámara lo enfocó implacable: hay edades a las que la cámara sólo enfoca implacable. Mi amigo Manuel Fernández Valdés tiene una colección de fotografías aquí en las que exhibe a un Fraga en campaña que recogen el espíritu totémico del líder y su impúdico estertor. Allí estaba Fraga Iribarne, entonces, y allí estaba yo observándolo con un punto de pasión. Fue curioso, pero en los primeros planos no me pareció ver al Fraga cansado y doliente de otras apariciones, sino a alguien que había experimentado una muy sutil mejoría. No una mejoría de salud, sino algo más lejano: algo físico. Fraga era como una semana o dos más joven. Casi imperceptiblemente joven.

Tuve que salir un momento de la plaza de toros a tomar el aire. No me lo podía quitar de la cabeza. Cuando volví al mitin ya no hablaba él, pero me detuve a mirarlo porque además lo tenía prácticamente enfrente. Hablaba con una mujer, se reía y jugueteaba con el bastón, como diciendo: «Lo llevo por vicio».

La pregunta resultó ya inaplazable. ¿Es Manuel Fraga Benjamin Button? ¿Viene Manuel Fraga para atrás? Cuando la oposición se burlaba de él por las fotos de sus carteles electorales y él se reía, ¿estaba pensando lo que estoy pensando yo ahora? La cuestión es fascinante porque además cualquier gallego tiene a Fraga tan incrustado en su vida y tan presente en su memoria que se vería hasta con cierta lógica que ahora regrese, vuelva en el sentido estricto, en el sentido severo de la palabra.

En el mitin estuvo bien: habló un fragués estupendo y no se le entendió una palabra. Luego fue a recogerse entre los suyos en la primera fila. No le quité ojo. Fue una inspección científica en toda regla. Hace una semana lo entrevistó mi amigo Nacho Mirás y le dijo que dar rugidos no resuelve nada, afirmación comprensible en un cazador. En algún momento entrecerró los ojos y pareció dormitar unos segundos, siguiendo el modelo microsiesta que fundaron él y Pujol para desahuciar a sus herederos. Los abrió de repente, y fijó su mirada en mí. Había rejuvenecido dos horas más. Paseó luego la mirada por toda la plaza, puso una mano sobre la otra en el bastón en gesto característico, y se medio sonrió como pensando: «Os vais a cagar».

Políticos y periodistas

Una cosa que hacen mucho los políticos estos días de sangre y fuego es agarrar a los periodistas por el brazo y llevarlos a un aparte a preguntar «vosotros cómo lo veis». Tanta autoridad se nos concede que dan ganas de decir: «Lo tenéis chungo de carallo». Pero suelen ser confidencias en papadelas, así que se les responde con la boca llena que de mayoría absoluta para arriba y «mismo dictadura», antes de chupar con violencia la cabeza de una gamba.

Históricamente unas elecciones exageran el contacto entre políticos y periodistas, y a veces la relación es tan severa que al acabar suele haber desembarco en gabinetes. La política es una profesión de riesgo y el periodismo el oficio más antiguo del mundo: la relación es explosiva. Uno de los momentos de mayor placer del periodista es observar a su entrevistado quitarse la chaqueta, subirse las mangas de la camisa y encender un cigarro. La comodidad es un lujo en la entrevista porque el candidato se relaja y llega el abrevadero de los titulares. Es tal el placer de ambos, entrevistador y entrevistado, que nadie repara en que el jefe de prensa ha apagado la grabadora hace cinco minutos, y que el cigarro que allí se fuma es sólo el cigarrito del después.

Uno podría haber reunido material para publicar dos libros pero tuvo el suficiente valor de no anotar nada y dejar morir las anécdotas en el olvido, que es lo único que hoy en día te asegura un futuro. Hay desde quien invitó a tomar una copa en el coche oficial a un club de carretera hasta quien ofreció las llaves de un apartamento para uso indiscriminado. Es campechanía que uno ve bien, porque allá cada cual con sus vicios y el periodista escribe pero no juzga, que para juzgar hay que sacar unas oposiciones gordas. Mejor eso que recibir una llamada para aconsejarte que titules por aquí o por allá, y que después de tomar nota por estricta cortesía te pregunte: «¿Lo has puesto ya sobre la maqueta? ¿Te cabe en la caja?».

Uno siempre dice para sus adentros: «En la caja cabría mejor otra cosa». Con lo que uno dice para sus adentros también se podrían escribir dos libros, pero entonces habría que dedicarse full time o non stop. Unas amigas mías, cuando están fluorescentes, dicen mucho eso de «hoy estoy de zorra non stop», y he pensado en ponerle ese título a la sección, pero me parece más sugerente el de «por la espalda», porque se trata de escribir por detrás lo que uno nunca diría de cara.

domingo, febrero 15

Media verónica

"(...) Núñez Feijóo está en su hora decisiva, y apenas se le nota. Sonríe a la cámara y una mujer ha creado un blog en el que le dice que le ama. Otros con eso ya estaríamos retirados de la vida pública, pero el candidato quiere fiesta. Hace cuatro años quiso conquistar el voto joven con una medida sorprendente: invitar a una copa a la chavalada. Esta vez evita los excesos y anda prudente y confiado, aunque en la Comunidad de Madrid le están diseñando una campaña preciosa. La gente ya le llama Alberto, que no tiene el mismo efecto que Felipe, pero ya es un inicio. Pontevedra le dio ayer lustre para un mes, porque la gente iba y venía por los pasillos de la plaza tratando de ponerse de puntillas para cheirar algo de lo que se cocía, tanto era el abarrote. Le pidieron que botase, y botó. Le echaron besos por el aire, y los devolvió. Dijo estar agradecido, a la ‘rosendiana’ manera, y Rajoy lo presentó como el futuro presidente de la Xunta de Galicia, pero bien es verdad que Rajoy presenta siempre así a la gente".

La otra mirada del mitin del PP en Pontevedra, aquí entera.

Lusco

La Feira Franca la terminé en el Lusco a una hora infame hablando con Jürgen, un clásico. Jürgen fue el espíritu del Camawey, aquella orquesta de malditos que también cerraron. Le declaré mi admiración, porque yo del Camawey salí históricamente muy bien acompañado y porque aquel local reunía lo que yo exijo de la vida: un punto de lujuriosa sordidez y unas compañías malísimas que destruyan, con un cariño implacable, mi salud. Cuando cerró el Camawey se clausuró también un tiempo. Sucedió en Portonovo con el Woodstock cuando cambió de sitio: se desplaza el local y su música y su gente, pero allí sigue toda aquella ceniza distinguida del tiempo vivido y contado. En el siglo XIX había un cementerio en la calle Sagasta, y esas cosas uno las nota. El Camawey fue en cierto modo una obra de arte, y el Lusco es en cierto modo otra. Son sitios desclasados, fuera de catálogo, en los que no hay tibiezas. Son, resumiendo, sitios bastante divertidos en los que suelen pasar cosas. Que se cierre porque allí se consumen drogas me recuerda al capitán Renault de Casablanca cerrando el bar de Rick: «¡Qué escándalo, qué escándalo! He descubierto que aquí se juega». «Sois viejos», dijo Jürgen. Y recordé los bares que se han ido quedando atrás en los últimos quince años, y que aún hay gente que habla del Stop, y pensé: «Viejos no sé, pero somos unos borrachos del carallo».

viernes, febrero 13

Barack Quintana

Barack Quintana, titula sen exceso A Nosa Terra. Houbo non hai moito un Barack Guardiola e cen mil Baracks máis. E moito antes, case na prehistoria, un Barack Obama. Os políticos, coma os futbolistas, nacen en comparanza. A prensa non busca o novo Maradona senón o novo Messi. E repasa os candidatos ao seguinte Barack cando non leva un mes no cargo. Todo é moi vello. Se o de Quintana sorprende é polos termos cos que o levan da man á White House: “Pode un enfermeiro, ex alcalde dunha vila de seis mil habitantes, que fala galego habitualmente, chegar a ser presidente de Galiza?”. O vicio é tanto que se lle perde o punto á realidade. A pregunta tería sido outra: “Pode un ex ministro de Franco, colaborador activo dunha ditadura militar, que perseguiu o galego habitualmente, chegar a ser presidente de Galiza?”. Yes, we can e dezaseis anos. Que chegase Fraga podería ser intrepretado como se Obama gaña unhas eleccións no estado de Alabama no século XIX, mais nunca foi nada extraordinario e deuse por lóxico. Este país está afeito a escándalos. Se Quintana gaña en Galicia non será superando esa barreira histórica tan singular de que fale galego habitualmente ou veña de ser alcalde de nada. Peor o tería se fose negro, non teñan medo.

miércoles, febrero 11

El idioma bilingüe

(...) «Somos las personas las que tenemos derechos, y no las lenguas», señaló la presidenta de Galicia Bilingüe, Gloria Lago. «Queremos ser libres para elegir nuestro modelo de convivencia, porque sobre a base da imposición non se pode construir unha sociedade libre», dijo en gallego (...)

El Mundo, bilingüismo extremo

martes, febrero 10

No va a haber farolas para todos

La crisis lo que está dejando, principalmente, son pobres. Se está hablando mucho de la travesura de los «cuatro judíos de Wall Street» y muy poquito de los pobres y su impacto en el paisaje. En silencio, con mucha discreción, nos estamos haciendo todos un poco pordioseros. Algunos por moda, otros por placer y la mayoría por instinto. Si hay orden es porque el paro aún permite la chiquita. Pero se mire hacia donde se mire hay pobres ya en ejercicio y otros en proyecto, algunos de calado. Ahora mismo, en este minuto en el que usted está leyendo (un gran minuto, no lo dude), su empresa está conspirando para despedirle. No se amargue y beba de un trago lo que tenga delante. Piense que la próxima semana aquí también puede estar escribiendo otro y el minuto no ser lo mismo. Que un parado es mucho parado, pero cuatro millones ya es cachondeo: uno más y pueden manifestarse en Madrid a favor de la familia. Y sobre todo tenga en cuenta que no se ha tocado fondo y que la caída es libre. Yo llevo toda la semana haciendo recuento y no va a haber farolas para todos. A ver si los más bajitos pueden aprovechar las ramas de algunos árboles de Campolongo o hace el alcalde un bando o algo.