Como en las grandes películas, mientras el Jefe de la Fiscalía Antidroga, Javier Zaragoza, participaba en un foro sobre cocaína en Vilagarcía de Arousa, a doce kilómetros unos sicarios extranjeros torturaban, tiroteaban y quemaban a dos miembros de una banda de narcotraficantes. En el suceso de Cambados se arremolinan todos los ingredientes de una bella y pavorosa película de suspense tan sólo amenazada en su desenlace. Incluso los periódicos han ejercido fielmente su ingrata función. La profusión de datos lanzados en éste y aquel periódico deja una operación planificada por la Guardia Civil desde hace meses en un pobre esqueleto: ¿dónde acaba el derecho a la información y empieza el derecho a la seguridad?
Es una paradoja que las Rías Baixas sangren por la herida del mar: un turismo en alza, el mejor marisco y las drogas, también las mejores drogas, al mejor precio. Documentos TV realizó en el año 1999, con guión de Joaquín Pedrido y José Ángel González, y realización de Julio Azcárate, un documental estremecedor titulado Marea blanca. La primera imagen es una fotografía tomada en el verano de 1982 en plenas fiestas patronales de Vilanova de Arousa. Es un equipo de fútbol llamado Dejadnos vivir, que gana el torneo celebrado en los festejos. Años después, sólo vive uno de ellos: una fotografía con diez tachones. La heroína se los tragó a todos, uno por uno: una epidemia silenciosa y gris que destruyó los cimientos de una generación hasta dejarla primero sin aliento y después sin vida. Desde entonces, y sobre todo a partir de la Operación Nécora, han cambiado muchas cosas. Pero las sombras de los narcotraficantes siguen cruzándose y descruzándose en las calles, bajo la noche, por el día, en los lugares más recónditos y también entre las multitudes de los actos oficiales de cualquier pueblo.
La frontera es difusa y la transgresión de la moral es perniciosa, macabra. La Radio Galega entrevistaba ayer a un representante de un colectivo antidroga que clamaba contra el blanqueo: he aquí el quid de toda esta cuestión, de todo este empozoñamiento. El blanqueo del dinero, de la marea, de la nariz: el blanqueo de la reputación. Uno no ha dejado de darle vueltas a esta frase: "Non sabes a quén lle estás comprando un piso". No sabes que firmas un crédito, que te hipotecas para toda la vida y que ese dinero que estás pagando año tras año se lo estás dando a la persona que le vende la cocaína a tu hijo de catorce años: he aquí la perturbación del espíritu, la incomodidad de esas arenas movedizas. Y la impunidad. Y la corrupción del silencio. Y cierta respetabilidad social en según qué círculos.
El alcalde de Cambados, Cores Tourís, decía ayer otra cosa muy interesante: "Estoy preocupado porque la población considera algo normal hechos como estos y no puede ser así." Porque este crimen, exacto se ha repetido en las últimas tres décadas, lo que sucede es que el tiempo nos ha arrancado los ojos, nos ha adormecido y ya hay ahora mismo en la comarca de Arousa gente que tiene 25 años y que no ha conocido otra realidad que la pergeñada por las mafias de la droga, sus vendettas, sus métodos y ese atisbo de omertà ya violado en su momento porque flaquea la palabra. Carecen del honor de las familias italianas, lo que les resta cierto romanticismo fílmico y les dejan ante el espejo como lo que son: unos vulgares camellos con cierta querencia por las pistolas, las putas y los deportivos caros.
Es una paradoja que las Rías Baixas sangren por la herida del mar: un turismo en alza, el mejor marisco y las drogas, también las mejores drogas, al mejor precio. Documentos TV realizó en el año 1999, con guión de Joaquín Pedrido y José Ángel González, y realización de Julio Azcárate, un documental estremecedor titulado Marea blanca. La primera imagen es una fotografía tomada en el verano de 1982 en plenas fiestas patronales de Vilanova de Arousa. Es un equipo de fútbol llamado Dejadnos vivir, que gana el torneo celebrado en los festejos. Años después, sólo vive uno de ellos: una fotografía con diez tachones. La heroína se los tragó a todos, uno por uno: una epidemia silenciosa y gris que destruyó los cimientos de una generación hasta dejarla primero sin aliento y después sin vida. Desde entonces, y sobre todo a partir de la Operación Nécora, han cambiado muchas cosas. Pero las sombras de los narcotraficantes siguen cruzándose y descruzándose en las calles, bajo la noche, por el día, en los lugares más recónditos y también entre las multitudes de los actos oficiales de cualquier pueblo.
La frontera es difusa y la transgresión de la moral es perniciosa, macabra. La Radio Galega entrevistaba ayer a un representante de un colectivo antidroga que clamaba contra el blanqueo: he aquí el quid de toda esta cuestión, de todo este empozoñamiento. El blanqueo del dinero, de la marea, de la nariz: el blanqueo de la reputación. Uno no ha dejado de darle vueltas a esta frase: "Non sabes a quén lle estás comprando un piso". No sabes que firmas un crédito, que te hipotecas para toda la vida y que ese dinero que estás pagando año tras año se lo estás dando a la persona que le vende la cocaína a tu hijo de catorce años: he aquí la perturbación del espíritu, la incomodidad de esas arenas movedizas. Y la impunidad. Y la corrupción del silencio. Y cierta respetabilidad social en según qué círculos.
El alcalde de Cambados, Cores Tourís, decía ayer otra cosa muy interesante: "Estoy preocupado porque la población considera algo normal hechos como estos y no puede ser así." Porque este crimen, exacto se ha repetido en las últimas tres décadas, lo que sucede es que el tiempo nos ha arrancado los ojos, nos ha adormecido y ya hay ahora mismo en la comarca de Arousa gente que tiene 25 años y que no ha conocido otra realidad que la pergeñada por las mafias de la droga, sus vendettas, sus métodos y ese atisbo de omertà ya violado en su momento porque flaquea la palabra. Carecen del honor de las familias italianas, lo que les resta cierto romanticismo fílmico y les dejan ante el espejo como lo que son: unos vulgares camellos con cierta querencia por las pistolas, las putas y los deportivos caros.
2 comentarios:
¿Donde se podria ver el documental "Marea Blanca"?
perdona pero estas equivocado.yo soy de vilanova de arousa y uno de la foto y que tmbien habla en el documental es familiar mio y no solo vive uno.cuando se hizo vivian 4 y aora viven 3
Publicar un comentario